El sonido de la sidra rompiendo contra el vaso forma parte de la banda sonora vital de Luisa Vallina desde hace casi 48 años, justo el tiempo que lleva regentando junto a su marido, Ramón Abad, la sidrería El Gaucho, en La Felguera. Asegura que ella no escancia, pero se ocupa de que nunca falte una botella. "La sidra es una seña de identidad de Asturias y un gran atractivo para la gente que viene de fuera. No me podría imaginar esto sin sidra. Es algo que se disfruta en grupo, que une y que sirve para acompañar cualquier conversación", sentencia. Esta hostelera, hija de minero, destaca la gran tradición sidrera existente en la cuenca del Nalón: "Esto es una de las cunas de la sidra de Asturias, lo que pasa es que la pérdida de población se ha notado mucho. En los años 80, los fines de semana había una persona dedicada exclusivamente al suministro de sidra y a descorchar botellas".
