Salieron con más de treinta minutos de retraso de Sevilla, volaron en un avión "pequeño y con escasa fuerza" y, para colmo, les dejaron las maletas "a propósito" en Andalucía. Es la odisea que vivieron cincuenta pasajeros asturianos del Imserso, que ayer aterrizaron en el aeropuerto de Asturias con un cabreo monumental. "Fue una tomadura de pelo en toda regla. Nos dijeron que el avión sobrepasaba el peso permitido y que éramos o nosotros o las maletas", se queja uno de los afectados, el ovetense Juan José Bolado, que no supo que el equipaje se había quedado en tierra hasta que llegó a Santiago del Monte. Y lo peor, dice, es que "nos trataron como a perros": "Empleados de Mundosenior -una de las adjudicatarias de los viajes del Imserso- me dijeron varias veces que me callase la boca por protestar". Las maletas no llegarán hasta hoy.
El viaje de regreso a casa ya salió mal desde el principio. "Teníamos que salir de Sevilla a las once de la mañana. Llegamos al aeropuerto pronto y a las diez y media nos mandaron embarcar en un avión de segunda clase, pequeño y con bandera portuguesa; no tenía nada que ver con el vuelo de ida", cuenta Bolado. La aeronave no se puso en marcha "hasta las once y media", pero la salida aún tardó más: "Estuvo más de quince minutos dando vueltas por la pista, tenía poca fuerza o velocidad".
Peso excesivo
Lo peor estaba aún por llegar; en el aeropuerto de Asturias se encontraron con que algunas maletas no aparecían por ningún lado. "La mía por ejemplo llegó, pero la de mi mujer no. Y lo mismo les pasó al resto de pasajeros", protesta Juan José Bolado, que asegura que lo que más le indignó fue que Mundosenior les ocultase las condiciones en las que iban a hacer el viaje. "Pudimos haber corrido un riesgo", remarca el ovetense.
Y los empleados de la empresa adjudicataria de los viajes, lejos de calmar el enfado, lo avivaron todavía más, según el relato de los pasajeros afectados: "Nos dijeron que el avión no podía soportar todo el peso -unos 80 viajeros- y que éramos o nosotros o las maletas". Algunos viajeros ya cursaron ayer mismo denuncia contra la empresa, puesto que no recuperarán, en el mejor de los casos, el equipaje hasta hoy. "Fue una aberración", sentencia Bolado, presidente de la asociación de vecinos de La Monxina.
