Declarar el parque natural de Somiedo Patrimonio de la Humanidad. Es la propuesta que lanza Rosalía Garrido Álvarez, presidenta de la asociación de Hostelería y Servicios Turísticos del concejo, como medida para proteger las cabañas de cubierta de escoba o teitos, cuya conservación está en riesgo debido a la pérdida de su uso tradicional, a la que se añaden trabas burocráticas para pedir ayudas públicas para su restauración, tal y como denuncian el colectivo "Natural Roof Association" y el Ayuntamiento, por la exigencia de facturas de escoba, el material vegetal que se corta y coloca en las construcciones pero no se compra.
"El problema es la falta de uso y creo que la única solución para que se mantenga este patrimonio etnográfico es que sea declarado Patrimonio de la Humanidad. Somiedo reúne todas las condiciones", afirma Garrido. Las brañas, agrupaciones de teitos, eran usadas por los vaqueiros de alzada, de la costa al pasto; y por los brañeiros, en la conocida como trashumancia corta, de los pueblos a las brañas.
Son, de hecho, una de las principales demandas de los turistas. "Las brañas, junto con los lagos y los osos, que son nuestras señas de identidad, es por lo primero que pregunta el 95 por ciento de la gente", señala Geli García Cano, de la oficina de turismo. En su opinión, la solución para la conservación de los teitos que quedan en pie consiste en que la ley contemple la peculiaridad de su mantenimiento ya que es imposible emitir facturas de escoba o presentar un proyecto y tres presupuestos, ya que es una labor vecinal: "Hay proyectos y muy buenos que hay que llevar a cabo y hay que buscar una solución a las ayudas para no dejarlos caer".
Es uno de los objetivos del parque natural, indica su director, Fernando Alonso: "Si acaso hay alguna traba, habría que adaptar la normativa por su peculiaridad y particularidad".
