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El abandono de un importante patrimonio etnográfico

Las ayudas a los teitos las deciden los políticos, replican los técnicos al Consejero

"Intervención solo informa si los expedientes se ajustan a las bases de la convocatoria, no las fija", afirman sobre las facturas que exige Patrimonio

Las declaraciones del consejero de Educación y Cultura, Genaro Alonso, culpando a Intervención de exigir facturas imposibles para reparar las cubiertas vegetales de los teitos cayeron ayer como un jarro de agua fría entre los técnicos y funcionarios del Principado. Distintas fuentes consultadas por este periódico mostraron su malestar por esta afirmación y coincidieron en señalar que las bases de las convocatorias para las ayudas las establecen "los políticos" y "son ellos los que tienen que cambiarlas". También añadieron que Intervención se limita a emitir informes dando de paso o poniendo reparos a los expedientes de solicitudes de las ayudas públicas, en función de si cumplen o no con los criterios que se establecen para su concesión.

Las distintas fuentes consultadas en el ámbito del Principado -todas ellas reclamaron anonimato- coincidieron en explicar que las ayudas para la reparación de los teitos corresponden "en exclusiva" a la Consejería de Educación y Cultura, con lo que "Intervención de Hacienda no tiene nada que ver en ellas". El análisis de los expedientes correspondería, en todo caso a la Intervención delegada, "que se limita a realizar informes para comprobar que las solicitudes se ajustan a lo que establecen las bases y emitir un informe favorable o con reparos".

También coincidieron en señalar que, en cualquier caso, Intervención no suspende el acto administrativo. "Pero es cierto que no se suele adoptar una decisión que vaya en contra del informe de Intervención", añadieron.

El Consejero Genaro Alonso admitió el pasado miércoles que "los requisitos para conceder subvenciones no son los adecuados". Y fuentes de la Consejería confirmaron que la Dirección General de Patrimonio está "valorando y estudiando alternativas a la legislación actual", que exige, entre otras cosas, que los solicitantes de las ayudas para la reparación de los tejados de los teitos presenten una factura del material vegetal empleado, un proyecto y tres presupuestos. "Conozco el problema porque estuve teitando: las escobas se recogen en el monte y no se puede justificar el coste", afirmó Genaro Alonso. Pero no solo eso, es del todo imposible presentar proyectos y presupuestos porque es un trabajo que hacen los vecinos y ya son pocos los que conocen la técnica del reteitado.

Las excepciones

Pero aún así, la Consejería inició incluso un expediente para la devolución de las ayudas por no incluir las facturas de las escobas, que volvió a pedir en 2017. El Ayuntamiento de Somiedo presentó un recurso por vía administrativa contra la normativa.

"Lo único que hace Intervención es aplicar la normativa, porque es un órgano de control interno para ajustarse a la legalidad. Pero es la Consejería la que establece las bases para las subvenciones", señaló una de las fuentes consultadas.

Se trata, por tanto, de una decisión política el aplicar excepciones a la normativa que se establece, "que no se puede generalizar", indicó uno de los técnicos consultados. "Tiene que haber unas normas generales para todo el mundo, pero pueden surgir muchas excepciones y más cuando se trata del medio rural", añadió.

Estas trabas burocráticas impuestas a la conservación de los teitos, el mayor conjunto de construcciones de cubierta vegetal del occidente de Europa y uno de los principales reclamos turísticos de Asturias, son solo uno más de los despropósitos denunciados por los afectados. La conservación de este patrimonio etnográfico estuvo sin apoyo económico para su conservación de 2010 a 2016.

Previamente, desde 1986 y hasta 2010 el Ayuntamiento de Somiedo recibía anualmente una subvención de la Consejería de Cultura por un montante de unos 90.000 euros de media. El Consistorio, mediante un bando, anunciaba cada primavera la convocatoria abriendo un plazo para solicitar la ayuda. Para comprobar que los dineros públicos habían sido invertidos, el municipio remitía al Principado una memoria con las fotografías de cada una de las cabañas arregladas, así como las transacciones bancarias efectuadas, de más o menos 80 o 90 euros.

La crisis económica se llevó por delante esas ayudas hasta 2016, pero su recuperación se ha convertido en un disparate que en lugar de ayudar ha provocado un enorme malestar.

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