El "paisaje cultural" de Somiedo, en el que el teito juega un papel "básico", podría ser Patrimonio Mundial. Así lo cree el catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla y miembro del órgano asesor de la Unesco, el asturiano Víctor Fernández Salinas, que respalda la iniciativa del Ayuntamiento de Somiedo para blindar las 250 construcciones de cubierta vegetal que quedan hoy en pie en el concejo. El experto del Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos) insiste en que el expediente de la candidatura debería recoger tres elementos: el natural, las edificaciones y, lo más importante, "lo que no se ve, lo connotado". "Los teitos hay que defenderlos no sólo desde el punto de vista constructivo sino, por encima de ello, como símbolo e imagen de Somiedo", señala.
Las absurdas facturas que exige Cultura para conceder ayudas a los propietarios ha reabierto el debate sobre la pésima conservación de las cabañas de teito. Además de pedir un "compromiso político presupuestario de al menos 100.000 euros anuales", el gobierno municipal de Somiedo propone como solución que el parque natural aspire a Patrimonio Mundial. Víctor Fernández Salinas asegura que, para conseguir el reconocimiento de la Unesco, la clave sería presentar el "paisaje cultural" somedano, no el natural. Por dos motivos. El primero, porque lo valioso de este municipio es "cómo en un medio hostil o montañoso el ser humano ha trabajado el territorio hasta hacerlo productivo desde el punto de vista agrario y ganadero durante muchos siglos". Y segundo, porque España, con un gran volumen de bienes en la lista -47 concretamente-, debe recurrir a "categorías pocos vistas y originales" para tener opciones en la carrera hacia la Unesco.
En todo el mundo, los paisajes culturales representan poco más del 10% de los bienes reconocidos y muchos de ellos son viñedos. "Paisajes montañosos, del tipo de Somiedo, son todavía muy pocos. Por tanto, es un momento interesante para presentar la candidatura utilizando esta estrategia", comenta Fernández Salinas, que llegó a ser secretario general de Icomos-España, el órgano asesor del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco.
Requisitos ya superados
En la búsqueda de este reconocimiento, Somiedo parte además con ventaja. Dos de los requisitos indispensables para solicitar el título de mundial ya los tiene superados: el territorio goza de protección y está dentro de la lista indicativa, en la que los Estados miembros anuncian a la UE en qué bienes está trabajando para su protección posterior. Somiedo también cumple el "valor universal excepcional", que exige la Unesco, es decir, que el valor de su patrimonio trascienda los límite de un país. No obstante, avisa el profesor de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla, diseñar un buen expediente es un "proceso largo y tortuoso" y, por supuesto, "no sólo requiere una labor técnica, sino también política".
¿Y qué aportaría a los teitos la declaración de Patrimonio Mundial? "La Unesco da un reconocimiento, no da dinero. Entiende que cuando los Estados, en este caso España, proponen incluir un bien en la lista es porque ya los están gestionando bien", contesta Víctor Fernández Salinas. Al margen de ello, la declaración obligaría obviamente a los gestores políticos a mantener en buenas condiciones las brañas de teitos. Estas construcciones "son lo que llamamos vectores de patrimonalización; son los elementos más originales del paisaje", explica el geógrafo. Sobre la conservación, expertos, como el etnógrafo Juaco López, insisten en que "hay que seleccionar" y apostar por la recuperación de los principales conjuntos, como las brañas de Mumián y La Pornacal.
