La luz del último español superviviente del campo de concentración nazi de Buchenwald se ha apagado. El poleso Vicente García Riestra, preso número 42.553 del campo de concentración de Buchenwald, falleció el jueves en un hospital de Francia. "En los últimos tiempos, sus conocidos y él mismo sabíamos que estaba mal. Asumió su viaje a Asturias como un compromiso ético para divulgar su historia", cuenta su amigo y biógrafo Xuan Santori. Las reacciones a su pérdida subrayan de manera unánime que García Riestra fue "un ejemplo para todos".

Nacido en Pola de Siero en 1925, pasó su infancia en Noreña. Regresó a Asturias el pasado diciembre. Recibió numerosos homenajes en ambas localidades, además de en Oviedo.

En enero de este año, el colegio Carmen Ruiz Tilve de La Corredoria (Oviedo) le concedió su III Premio por la Paz, un galardón que él agradeció posteriormente en una carta en la que escribía: "La juventud es primordial en mi lucha por la paz, son ellos los que tienen en sus manos el porvenir de las libertades y, sobre todo, de la paz. Que no se repita, que la juventud pueda disfrutar de amor y de libertad". El colegio ovetense celebrará hoy a las 12 horas un acto en su memoria.

"Fue un honor haberlo conocido y que nos haya hecho partícipes de su experiencia. Su enseñanza permanecerá siempre conmigo", asevera la alcaldesa de Noreña, Amparo Antuña.

En la misma línea se pronuncia el alcalde de Siero, su localidad natal, Ángel García: "La historia de 'Vincent' es un ejemplo para todos. Tenemos que agradecerle que haya querido compartirla, porque un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla".

La historia trágica de Riestra comienza en su adolescencia, cuando tuvo que partir a Francia desde Cataluña, después de que cayera el Frente Norte. El propio Riestra recordaba en su última visita a Asturias que los restos de su padre están todavía en una fosa común en Oviedo y los de su hermano, "en alguna cuneta que no sabemos". Una vez en Francia, se unió a la resistencia francesa en labores de espionaje contra la ocupación nazi. En 1944 fue detenido en Francia y deportado por la Gestapo al campo de concentración de Buchenwald. "Teníamos ganas de llegar vivos al día siguiente, esperando que por fin triunfaran las tropas aliadas", recordaba Riestra en una de sus últimas entrevistas.