La falta de reguladores en la barrera de acceso a la CO-4 (Covadonga-Lagos) propició un monumental atasco al mediodía de este sábado a la altura de la rotonda de El Peregrino, en el real sitio de Covadonga, dado que no se habían contratado reguladores de tráfico para controlar ese punto, el más importante de la angosta carretera que une el santuario con el área de servicio de Buferrera, en la vertiente canguesa del parque nacional de los Picos de Europa.

La marejada y el malestar de muchos conductores que pretendían subir a Los Lagos comenzó cuando el automatismo de la citada barrera de control de la circulación quedó bajado y no permitía el acceso de ningún tipo de vehículo -ni autorizados- por lo que se formó un buen colapso. Sólo estaba regulado, mediante controladores -tres operarios-, el área de Buferrera.

Al final, pasadas las 13.30 horas, un empleado de la firma Tragsa hubo de acercarse a levantar la citada barrera, en Covadonga, para descongestionar la anómala situación y que los automóviles, así como otros servicios públicos, pudiesen poner rumbo a Enol y La Ercina.

"La barrera por si sola no soluciona nada", aseguró uno de los afectados por el dilema. "Gastaron un pastón en ella y al final tienen que venir los de Tragsa a solucionar los follones. Incluso algunos ganaderos, con tarjeta de autorización, no podían subir al franquearles el paso la barrera y no abrirse automáticamente", añadió.