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JOSÉ FRANCISCO ÁLVAREZ-BUYLLA | Periodista jubilado, creador de la serie periodística "La Calle"

"Que la gente sea donante es una cosa que aconsejo a todo el mundo: me salvó la vida"

"Lo que tiene que hacer un periodista de la sección local es andar por la calle; no concibo un profesional metido en la redacción sin saber qué pasa a su alrededor"

José Francisco Álvarez-Buylla camina por la calle Bances Candamo de Avilés. RICARDO SOLÍS

El popular periodista avilesino José Francisco Álvarez-Buylla (1943) continúa en esta segunda entrega de sus memorias recordando sus mejores años profesionales.

"La Calle". "La sección nació para dar respuesta a una oferta. Teníamos muchas noticias para una página, un lío de titulares para los cajistas. Entonces les dije: '¿Si pongo un titular grande y dejamos lo otro como ladillos?'. Me dijeron que sí. 'Pues metemos un par de fotografías'. Y empezamos así y la popularidad de la sección se fue incrementando. 'La Calle' se nutría, generalmente, de cosas que tú veías por ahí, de cosas que te decían, porque llamaba mucha gente una vez que la sección fue rodando. También había pequeñas entrevistas y, luego, como decía mi mujer, las noticias que me daba ella. Llegaba la gente a su tienda y le decían: 'Oye, dile a tu marido...'. Las noticias que me daba eran el 30 por ciento. Algunas veces, de acuerdo con Juan Wes, el director de 'La Voz de Avilés', alguna noticia gorda la metíamos en 'La Calle'. Por ejemplo, la construcción del Hospital San Agustín. Eso le daba empaque a la serie".

El Rey, en Avilés. "Resulta que me tocó cubrir la llegada de don Juan Carlos y doña Sofía para inaugurar el parque de Ferrera y el hospital. Resulta que estaban el doctor Lebredo y su mujer, que se llamaba Marichu Soriano. Marichu había estado viviendo en Lausanne, en Suiza. Su amigo de la infancia era Juan Carlos, el Rey, cuando todavía no lo era. Marichu llama a mi mujer: 'Oye, María Elena, ¿habría alguna manera de que pudiera ver al Rey? Estoy pensando que tu marido podía poner en el periódico que yo conocí al Rey'. Intervino, entonces, José Luis Poyal. '¿Por qué no le haces una entrevista?'. Lo hice al final y salió justo el mismo día en que llegaron a Avilés. Los servicios de comunicación de la Casa Real llaman a Ricardo Fernández, el alcalde de entonces. Me dijo que Marichu y su esposo tenían que estar en el Ayuntamiento cuarenta y cinco minutos antes de la llegada. Allí se plantaron ellos y también nosotros, Gerardo Ferrero y yo. El Rey entonces dijo que no iba a olvidar aquella visita porque inauguró el San Agustín, abrió el parque de Ferrera. Y por Marichu".

El periodismo local. "Lo que tiene que hacer un periodista de la sección local es andar por la calle; no concibo un periodista local metido en la redacción sin saber qué pasa a su alrededor. Tiene que andar por la calle con una grabadora y un cuaderno de notas. Yo tomaba nota en los bares, a veces, sin que el otro supiera qué había escrito. Llegaba al periódico y sacaba servilletas y servilletas. Julián José Soto me decía: 'Buylla, ¿cómo tienes todo esto así?'. Una de las primeras entrevistas que se hizo a Carrillo a su regreso a España fue en Avilés, en la cantina de la Renfe. Aquella entrevista fue un bombazo. Salió en primera página. El doctor Llorente, que era vecino de mi edificio, se cruzó conmigo a la mañana siguiente. Él entraba y yo salía todo ufano por el notición. 'Enhorabuena, Buylla, enhorabuena. Por fin, después de tanto tiempo buscándolo, lo ha conseguido'. No se refería a la entrevista, le importaba un bledo. Me hablaba de que el mismo día en el que entrevisté a Carrillo, el Ayuntamiento había arreglado un bache en el que se dejaba los bajos del coche todos los días".

LA NUEVA ESPAÑA. "Un día me llama por teléfono Gonzalo Peón y me dice que si podríamos hablar. Acababa de terminar en 'El Correo de Asturias'. Me propone colaborar con LA NUEVA ESPAÑA de Avilés. Le dije que me parecía bien, que me diera unos días para pensarlo. Lo pensé y dije: 'Venga, muy bien'. El primer día que publiqué aquí, publiqué únicamente 'La Calle', la misma línea, el mismo tipo de noticias, como al principio. Unos días después la amplié con una sección que se llamaba 'Aeropuerto'. Estuve aquí, con vosotros, dieciséis años. Terminé en 2008. Y, entonces, me jubilé".

Cáncer. "El único parón que le di a 'La Calle' fue cuando me operé del cáncer. Que la gente sea donante es una cosa que se lo aconsejo a todo el mundo. Eso fue lo que me salvó la vida. Un día salí de la redacción de Carreño Miranda. Íbamos a comer mi mujer y yo a un restaurante que hay en Llano Ponte. Cuando terminamos, en la plaza del Pescado, donde está la sede de la Hermandad de Donantes, le dije que iba a donar. Me decía ella que esperara, que en unos días empezaba el primer maratón de donaciones en el Ayuntamiento. Dije: 'No, voy a donar ahora'. Me metí en el local. No había nadie. 'Soy Buylla, vengo a donar'. Me cogieron el dedo. Solo te pinchan un poquitín. Entonces veo la cara al médico que me lo hace. Salió de la habitación, volvió. 'Vamos a hacerlo otra vez', me dijo. 'La prueba no sale bien. Lamento decirle esto, pero tiene que ir mañana, sin falta, a Donantes de Sangre de Oviedo', me asusta. Me empezó a preguntar por síntomas del cáncer, pero no tenía ninguno. Fui al Hospital Central y allí me dijeron que me tenían que hacer una colonoscopia en Avilés. El día 14 de diciembre de 2005 hago la colonoscopia y allí mismo me dicen que tengo un cáncer de colon. Tuve la inmensa suerte de dar con el doctor José Ignacio Jorge Barreiro. No lo conocía de nada hasta aquel momento. Me ingresaron a finales de diciembre, en plenas Navidades. Y luego el día 2 me operó este hombre. Tardaron cuatro o cinco horas él y Javier Portilla, que era el jefe de Anestesia. Fue casi un mes lo que estuve en el hospital y luego en casa tuve que estar descansando otros dos meses".

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