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GERMÁN OJEDA | Profesor de Historia Económica e investigación, autor de "Patrias queridas"

"Asturias lo tiene todo, pero requiere liderazgo y un claro compromiso político"

"La minería cerró, el campo se mecanizó y la industria se robotiza; eso no es una alarma, sino el reacomodo de la población a la nueva situación"

"Asturias lo tiene todo, pero requiere liderazgo y un claro compromiso político"

“Patrias queridas” es el título del nuevo libro del investigador e historiador económico Germán Ojeda (Llanes, 1949), un recorrido de “La Siberia de España” a la situación actual, analizando el papel del carbón y de la emigración, el paso a la industria pública y a la actual transición tecnológica. Una obra que recopila artículos de opinión -buena parte de ellos publicados en LA NUEVA ESPAÑA-, resúmenes de conferencias y análisis de coyuntura, fruto de su labor investigadora y con los que repasa la historia de España y el papel que representa el norte del país, y en la que tienen cabida Portugal e Iberoamérica, con espacio para la crisis de Venezuela. También recoge pensamientos y sentimientos, como cuando se refiere al exlíder minero José Ángel Fernández Villa, “que tanto me defraudó”.

- “Patrias queridas” es un título sugerente teniendo en cuenta la situación actual y el empoderamiento de los nacionalismos.

-La verdad es que no lo había pensado así. El título responde a los tres grandes capítulos en los que se divide el libro: Asturias, España e Iberoamérica, y viene rectificado por una cita de José Martí: “Mi patria es la humanidad”.

-Y arranca el capítulo de Asturias con el título “La Siberia de España”.

-Es una definición de Jovellanos, para referirse a esa tierra lejana, aislada, perdida. Y luego viene el “Paraíso Natural”, que es el último intento de la Asturias contemporánea.

-De ahí el recorrido histórico-económico.

-El análisis empieza con la explotación del carbón, que crea desarrollo empresarial, económico, social, y también con la periferia, donde los campesinos mandan a sus hijos al otro lado del Atlántico para que envíen remesas con las que poder comprar su casa, o una finca, y que también sirvieron para el desarrollo de escuelas e infraestructuras, transformando la Siberia perdida para ingresar en la economía capitalista.

-Y llega la dictadura.

-En pleno franquismo, Asturias se enfrenta a un cambio histórico. Lo que se había construido con el carbón y la emigración desaparece, y ese cambio se concreta en la emigración a Europa y una intervención del Estado en la economía industrial. El INI se convierte en el patrón de la industria asturiana. Es la “inilización”. Luego llegan la democracia y el bipartidismo, y el intento de poner a punto la industria pública para venderla. Y esa venta se ve afectada por la adopción de decisiones que no se toman aquí, y eso genera incertidumbre, angustia laboral y una movilización exitosa, porque ha impedido el desmantelamiento industrial y permitido que Asturias siga siendo una referencia en el panorama español.

-Pero los datos económicos de la región no son buenos.

-El PIB por habitante mejoró, duplicándose en los últimos 20 años, ganamos empleo, empezamos a exportar, y el sector industrial pasó de ser el 28 por ciento del PIB al 24 por ciento. Pero vamos a analizar estos datos con otro referente industrial como es el País Vasco. Desde 1975, en cuatro décadas, perdió el 54 por ciento del empleo industrial, pasando de 423.000 a 194.000, y desde el punto de vista del PIB, la industria pasó de ser el 49 por ciento en 1977 al actual 24 por ciento. Ha tenido una desindustrialización notable y más radical que Asturias, con cierre de plantas y deslocalizaciones. El problema es que tenemos que abrir las antenas, ver las cosas con perspectiva, y podríamos decir que Asturias ha salido con éxito.

-Plantea usted una visión optimista en un momento en el que no hay mucho optimismo.

-Porque no se analizan las cosas como se debe. Se habla del envejecimiento de la población, que es un hecho evidente, pero porque la minería es intensiva en trabajo, y la industria y el campo en empleo. La minería cerró, el campo se mecanizó y la industria se tecnificó y ahora se está robotizando. Eso no es una alarma, sino el reacomodo de la población a la nueva situación.

-Pero los jóvenes se van y no vuelven.

-Cientos de miles de jóvenes se fueron en el 1900 a Cuba, a México, etcétera. Los procesos históricos no son saltos mortales, y más en una región que en dos siglos ha aprendido a hacer muchísimas cosas. Tenemos que comprender que la robotización y el avance tecnológico acaban con antiguos empleos y generan otros nuevos para la cuarta revolución industrial, lo que implica una formación distinta de los jóvenes, que también deben salir fuera por eso. Y la internacionalización es un salto importante. Hace 20 años llegábamos como mucho a Madrid.

-Está ofreciendo un discurso muy distinto al que se lleva en la región en estos últimos años.

-Es que hay que darle la vuelta a un discurso que, en realidad, forma parte del clima: hay nubes, llueve y falta sol. Y en términos relativos no hay motivo para ello. Estamos metidos en una ola que se llama capitalismo neoliberal y que genera incertidumbre, malestar y pesimismo, pero hay que elevarse y colocarse en la cresta para ver, porque cuando estás metido en la ola no ves nada.

-Usted se refiere en su libro al exlíder minero José Ángel Fernández Villa, y dice que ha hecho de él afirmaciones que ahora no suscribiría.

-Le conocí mucho, y creía que era una persona honesta, inteligente y un referente del sindicalismo y de la lucha obrera. Pero era un fraude. Nos engañó a los asturianos. Ha sido una enorme decepción y ha hecho mucho daño al sindicalismo, al socialismo, a las Cuencas y a la historia de la lucha por la democracia y por los derechos laborales. Traicionó todos los valores que decía representar. Y ha sido una enorme decepción a nivel personal.

-Han llegado el fin de Villa y del carbón.

-El carbón es la cultura asturiana de la lucha por la igualdad, los derechos y muchas más cosas. Cerrar las minas es poner fin a una historia de 200 años, y eso genera incertidumbre y malestar. En mi libro propongo levantar un gran espacio monumental en su memoria, como hicieron en Alemania, en la cuenca del Ruhr. Pero ya ha cumplido su ciclo. Es una energía del pasado que contamina mucho, y es hora de dar el paso al frente, pero con prudencia y midiendo los tiempos. Si queremos ser el paraíso natural no podemos ser una región contaminada.

-Usted defiende también la creación del área metropolitana.

-Asturias necesita ordenar su área central con una administración mínima de coordinación para evitar muchas cosas que ahora se replican. Hay un campo enorme para generar funcionalidad, eficiencia y movilidad. Necesitamos un espacio de vivencia y convivencia, con grandes espacios verdes, de ocio, que pueden convivir con centros comerciales y empresariales. Deberíamos copiar de los países nórdicos. Asturias pasaría a tener una potencia enorme, porque tendríamos un mundo rural que viviría de manera diversificada de sus recursos agrarios y potenciaría el turismo rural, y un centro potentísimo de referencia de calidad de vida.

-Pero eso es difícil con localismos muy fuertes.

-Se requiere liderazgo, condiciones y un claro compromiso político. Asturias tiene que dar un paso al frente desde el punto de vista institucional. En los últimos años se perdió el liderazgo y hay que recuperarlo, porque esta región lo tiene todo.

-En su libro reivindica el AVE a Madrid, pero también el AVE del Cantábrico.

-Es un reto clave. Estamos al lado del País Vasco, que es el territorio más dinámico desde el punto de vista innovador, económico e industrial. Es vital conectar con Bilbao para estar conectados con Europa. Hay que romper el aislamiento y conectar con lo que se produce y lo que se vende fuera.

- “Patrias queridas” incluye artículos muy críticos dedicados en concreto a Llanes y a Gijón.

-Porque ambos reflejan la política especuladora, desarrollista y cementera de un patrimonio heredado que el socialismo ladrillero en Llanes quería destruir y que afortunadamente se consiguió revertir. Pero el nuevo Plan Urbano de Gijón va a destruir el último espacio verde de su bahía. Los ayuntamientos se ponen de acuerdo con los constructores, y a recaudar. Son una pareja de hecho que copula sin cesar de un Ayuntamiento a otro, y lo que sale es un monstruo. Es la destrucción de la convivencia al servicio del dinero.

-La estructura de su libro y el contenido lo hacen de fácil lectura.

-Todo el libro está estructurado para que se pueda leer un artículo en diez minutos o leer toda una tarde, pero todo su contenido tiene un fondo académico porque todo está muy documentado. Siempre compartí la idea de los grandes maestros de la Universidad de Oviedo, que lo fueron porque creyeron en la Extensión Universitaria. Siempre me he sentido muy vinculado y comprometido con la sociedad y mi objetivo es llegar a todo el mundo para que los estudios y los análisis lleguen a todo el mundo.

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