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La viuda del cicloturista de la Senda del Oso: "Fue terrible, pasé y no lo vi, no cogía el móvil"

La mujer, tras enterrar en Cuéllar a su marido, Julio Martín, asegura que este se percató del peligro: "Esto necesita mantenimiento, está regular", dijo

Julio Martín.

María Teresa Rodríguez, la viuda de Julio Martín Díez, el cicloturista fallecido el pasado domingo al precipitarse a la carretera del Puerto de Ventana (AS-228) desde la Senda del Oso, enterró ayer a su marido en la localidad segoviana de Cuéllar. Con gran entereza, aunque con el lógico dolor de la situación, relató a LA NUEVA ESPAÑA cómo vivió esta desgracia. Aún no ha pensado en emprender acciones legales por lo ocurrido, que achaca claramente al mal estado de la senda. "Él se sujetó y falló la barandilla", aseguró con convicción. Según indicó, el propio Julio Martín se percató del peligro de la senda antes del accidente. "Sí que me dijo: 'Las vallas están muy mal, no se puede poner el pie en ellas. Esto necesita mantenimiento, está regular'. Él estaba ágil, cachas, corría y hacía frontenis. Es una pena que no haya tenido sitio al que agarrarse cuando se caía, porque era una persona enérgica", lamentó.

"Fue muy duro"

Lo que iba a ser un tranquilo fin de semana en mitad de la naturaleza se convirtió en una pesadilla. El matrimonio, con dos hijas, ya conocía Asturias y había hecho otras rutas. Aquella mañana alquilaron unas bicicletas en la localidad tevergana de Entrago. Habían hecho ya la bajada hacia Proaza -"la hicimos muy bien", comentó con amargura- y regresaban de vuelta. Como buen ingeniero, Julio Martín "quería ver el pantano de Valdemurio". En el regreso, se separaron. "Tiraba un poquito más que yo y se adelantó. Se ve que paró para esperarme y fue cuando cayó. Fue terrible, yo pasé por allí y no lo vi", relató María Teresa Rodríguez.

Luego vendrían momentos de creciente inquietud, al ver que su marido no aparecía. "Llegué al pantano y estuve dando vueltas por allí, pero no llegaba. Empecé a preocuparme y estuve llamándole un buen rato, pero no contestaba al teléfono móvil. Me quedé sin batería y pedí un teléfono. Un chico que sabía lo que había pasado vino y llamó a la Guardia Civil. Cuando me lo dijeron fue terrible, hubo dos o tres minutos que no sabía qué hacer. No había remedio. No me dejaron verlo, fue muy duro", rememoró.

Luego, anteayer lunes, el forense le comunicó que "no le dio nada y que murió prácticamente en el acto". Julio Martín sufrió un fuerte traumatismo craneal que el hizo perder el conocimiento de inmediato. La muerte llegó poco después. El suceso ha devastado a esta familia. "Mis hijas están fatal", indicó María Teresa.

No ha tenido tiempo de pensar qué hará. "Es muy pronto, acabamos de enterrarlo. Hasta la semana que viene no nos mandarán el certificado de defunción", añadió. Más adelante, estudiarán si emprenden acciones legales.

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