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NICO CUÉ | Mierense, candidato del Partido de la Izquierda Europea a presidir la Comisión

"Hay que reorientar el dinero del BCE a ayudar a zonas tocadas como Asturias"

"Soy hijo de un inmigrante ilegal y a veces me pregunto cuántos de los muertos en el Mediterráneo no podrían llegar a presidir Europa"

Nico Cué, frente a la Comisión Europea.

Nico Cué (Mieres, 1956) lleva con orgullo su origen minero. Recordando su infancia en Mieres inició su intervención en el debate entre candidatos a presidir la Comisión Europea que se celebró esta semana en Bruselas. Cué, que tratará de alcanzar ese puesto por el Partido de la Izquierda Europea, también hizo durante el debate una encendida defensa de la inmigración y de la necesidad de que Europa abra sus fronteras. Él mismo, asegura, fue un inmigrante ilegal. Ocurrió en 1962 cuando tenía solo seis años. Entonces, su padre, minero de profesión y miembro del Partido Comunista, tuvo que abandonar el Principado rumbo a Lieja. Durante muchos años fue el secretario general del sindicato FGTB de Valonia-Bruselas y trabajador y líder sindical en Arcelor-Mittal.

- ¿Cómo fue su llegada a Bélgica siendo un niño?

-Mi padre salió de Mieres sin papeles, por lo que técnicamente yo soy hijo de un inmigrante ilegal. Eso sí, en Bélgica en aquella época recibimos mucha solidaridad.

- ¿Cuáles son las prioridades de su programa electoral?

-Una de ellas será poner fin a la austeridad. Hay que pararla porque está haciendo mucho daño a los ciudadanos europeos. Ese tipo de cosas hace que la gente se repliegue en su región o país y eso acaba socavando la idea de Europa. Además, el Banco Central Europeo (BCE) es la única de esas organizaciones que es totalmente independiente y durante estos años ha gastado mucho dinero que no ha llegado a la ciudadanía. Otro tema que nos preocupa es ver cómo atajar el fraude fiscal. Hay un estudio que lo estima en 850.000 millones en Europa. Es muchísimo dinero. Pero lo importante es acabar con los recortes y volver a invertir y hacer infraestructuras.

- ¿Tiene futuro la industria en Europa?

-Europa siempre se ha caracterizado por tener proyectos industriales muy fuertes. Ahora las políticas de cambio climático hacen que tengamos que repensar lo que fabricamos. Lo que hagamos tienen que ser bienes de interés general y no solo orientados para el beneficio inmediato de las empresas. En el desafío del calentamiento climático no basta solo con decir que vamos a cerrar las minas o las térmicas, esa transición tiene que tener una orientación hacia algo más concreto.

- ¿No la hay?

-Ahora lo que hay son focos aislados. Se habla de pequeños sectores. Lo importante es cambiar el modelo productivo y que la gente en Europa se sienta útil y vea que aquí pueden trabajar.

- ¿Qué propone para zonas como Asturias, que pueden verse muy golpeadas por la transición energética?

-Hay que reorientar el dinero del Banco Central Europeo para ayudar a zonas que puedan estar tocadas por la desindustrialización, como puede ser el caso de Asturias. No se trata de dar dinero para que la gente se jubile y salga del trabajo, sino para crear un nuevo tejido económico.

- ¿Le preocupa la situación de la región?

-Me preocupa el cierre de las minas, la situación de Alcoa o de la siderurgia en Gijón y Avilés. A mí me tocó durante años negociar con Lakshmi Mittal (el presidente y máximo accionista de Arcelor) y sé que no mide más que la rentabilidad a corto plazo. Hemos denunciado ya en varias ocasiones que Mittal está reduciendo la producción en Europa para abrir la entrada a la importación de productos siderúrgicos.

- ¿Cambiar de modelo en una Europa tan burocratizada puede resultar complejo?

-Es bastante complicado. Las iniciativas del Parlamento Europeo no suelen ser escuchadas. Un ejemplo lo tenemos en el tema de las deslocalizaciones que se producen por temas fiscales. El Parlamento había hecho una serie de propuestas ya en febrero para evitar esta situación, pero han sido los propios estados los que se han negado. El Parlamento y la Comisión tienen capacidad de iniciativa para poder transformar el modelo productivo, pero se encuentran con la resistencia de los países.

- ¿Es partidario de poner aranceles para tratar de proteger a la industria europea de la competencia que viene de fuera?

-Lo que proponemos es revisar los tratados de libre comercio que tenemos, que en muchos casos no protegen el estilo de vida de los europeos. Los hay que no son justos, por eso habría que renegociar.

- ¿Le preocupan los aranceles con los que Estados Unidos está amenazando a Europa?

-Estados Unidos es la nación que más preconizó el libre comercio y también es la que más libremente se lo salta.

- Otro de los problemas que centran los debates estos días es el de la inmigración, ¿qué propone usted?

-Yo soy hijo de un inmigrante ilegal. Muchas veces me pregunto cuántos de los que mueren en el Mediterráneo no podrían llegar a ser presidentes de la Comisión Europea o llegar a hacer algo por mejorar la vida de los ciudadanos europeos. Es inaceptable seguir haciendo un muro que rodee a Europa y pensar que con la guerra en sitios como Siria se arregla todo. La inmigración tiene que verse como una oportunidad, no como un problema.

- Dice que aceptó representar al Partido de las Izquierdas para frenar a la extrema derecha en Europa. ¿Es así?

-Yo ya estaba más pensando en disfrutar tranquilamente de la jubilación que en esto. Pero el resultado de las elecciones en Andalucía me causó un shock. Y pensé que no podía quedarme callado ante esa situación. Lo reflexioné y me lancé.

- ¿Qué expectativas tiene?

-Las encuestas nos dan una pérdida de cinco o seis diputados, pero yo veo que la gente está despertando; en Francia e Italia hay mucha movilización.

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