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¿Para qué sirve un alcalde?

Estrategia, equipo y diálogo

¿Para qué sirve un alcalde?

Quisiera ayudar, aunque sea mínimamente, a desvelar "para qué sirve un alcalde", la responsabilidad política mas gratificante. Posibilita, en primer lugar, diseñar estrategias para el desarrollo local sostenible. En un municipio, como por ejemplo Llanes, tiene que traducirse en una dinamización de su economía capaz de mantener e incluso aumentar su población. Y en un incremento de recursos para las arcas municipales con los que compensar desequilibrios territoriales y desigualdades sociales.

Para lograrlo, el primer edil debe conformar equipos coherentes. En primer lugar el de gobierno. Manteniendo la mayoría que posibilitó su elección. Gestionando con eficacia las necesidades del día a día y las estrategias del medio y largo plazo. Aprobando cada año los correspondientes presupuestos.

Es obligación también del alcalde aglutinar a su ciudadanos. Es decir relajar y serenar el clima social local. Con cercanía y educación. Para ello es imprescindible también tener predisposición al diálogo y su consecuencia última: el pacto, que implica, como dice López Burniol, "una transacción entre dos posturas no coincidentes y que entraña recíprocas concesiones sobre la base de un triple respeto: a los hechos, a la ley y al adversario. Un pacto que no admite ni una mala palabra, ni un mal gesto, ni una mala actitud."

Para todo eso debe y puede servir realmente un alcalde. La experiencia demuestra, sin embargo, que no siempre el poder se traduce en deber. Es el caso de Llanes.

En esta última legislatura el desarrollo económico y social brilló por su ausencia. La confrontación y el acoso al adversario fueron continuos, las malas palabras y actitudes, moneda corriente y la coherencia del gobierno municipal se demostró utopía inalcanzable.

Hace cuatro años, Foro, Vecinos por Llanes, PP e IU no negociaron un alcalde y un programa de gobierno coherente y viable. Eligieron al único concejal que les permitió "echar a los socialistas". Sin más y para nada más.

Por eso en lugar de progreso trajeron retroceso. En lugar de paz ciudadana aportaron enfrentamiento social. Y en lugar de coherencia la incongruencia de no aprobar juntos un solo presupuesto.

Desde 1977, con la democracia, los alcaldes de Llanes, Ramón Sobrino, José Enrique Rozas, Manuel Miguel Amieva, Dolores Álvarez Campillo y yo mismo tratamos, desde la moderación, de llevar a cabo estos principios.

Llanes necesita y merece recuperar esa senda. Y hoy solo el PSOE puede lograrlo, a mi juicio. Con un alcalde como José Herrero. Con un equipo como el que compone su candidatura. Con un proyecto como el que se desprende del programa que presenta.

Puede acusárseme de opinión partidaria, ya que fui alcalde y sigo siendo militante socialista. Pero creo sinceramente que no estoy expresando únicamente una opinión personal.

El próximo domingo los llaniscos dirán si tengo o no razón.

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