Fernando Granda

Esas candidaturas más distendidas

El panorama alegre y simpático que ofrece el 26M tras la crispación y los insultos de las generales

Una vez terminada la campaña de las generales, llena de crispación, con insultos, desprecios y líneas rojas, parece que el panorama cambia, aunque solamente sea en las formas. Las elecciones locales y autonómicas caen más cercanas al ciudadano, que en muchos casos se cruza frecuentemente con los candidatos y parece haber cierto respeto por el vecino aunque no sea de la misma ideología. Las europeas son distantes para mucha gente y no se compite tan a bocajarro como en las generales. Por eso ahora se contempla un panorama más amable, más alegre, más simpático y animado (por supuesto existen casos menos laxos). Y aunque corporaciones de algunos municipios pueden ser claves para la política nacional el ambiente parece más distendido y relajado.

Ejemplos hay bastantes en este sentido. La propaganda electoral lo demuestra. "Vota bonito" pide la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, al residente en la capital, una de las ciudades con más peso político. "Madrid, con ganas" es el eslogan de la agrupación de la magistrada en la candidatura a la comunidad madrileña encabezada por Íñigo Errejón.

También contribuye a este ánimo menos crispado Charito (María del Rosario), que con sus 95 años encabeza la candidatura Abuelas por Patones en la que figuran dos octogenarias, tres septuagenarias y varias sexagenarias. El pueblo madrileño tiene algo más de quinientas personas censadas pero llegan a visitarlo miles cada fin de semana para admirar sus edificios de pizarra y su paisaje.

"Eres guapo, aúpa Agustín" se lee en el cartel del candidato por el Partido Popular en el municipio manchego de Torre de Juan Abad. Si en Cataluña candidatos de este partido destierran el logo oficial de la formación, Agustín Romero se presenta con un simpático cartel dibujado por su hijo autista Alberto. La candidata popular en Bilbao aparece cargada de bolsas de la compra. Raquel González pide la construcción de rampas y ascensores porque en los barrios altos bilbaínos los residentes, entre comicio y comicio municipal, han de subir cada uno un "ochomil" como los mejores alpinistas.

En Vermont y en Kansas (Estados Unidos) no existe edad marcada para presentarse a las elecciones, hay candidatos de 13 y 15 años en los carteles de sus poblaciones y Saira Blair consiguió escaño con 17 en Virginia Occidental. En España las/os candidatas/os van por el otro extremo. En Espinaréu, Piloña, Benedicta Viesca, con 90 años, sigue en la brecha después de haber participado en un mitin con el viejo profesor Enrique Tierno Galván. Por contra en el zamorano Villalazán, con menos de 280 vecinos, una candidatura está compuesta solamente por millenials, algunos de los cuales pudieron votar por primera vez el pasado 28 de abril.

Caso curioso es el de Benigembla (Alicante) donde una de las tres candidaturas que se presenta a gobernar el municipio está compuesta por personas que no son del pueblo, todas desconocidas para los vecinos. Pero lo normal es que en estos comicios locales generalmente se conoce bien a los candidatos.

A los que encabezan las listas que concurren en Madrid un periódico les ha preguntado hasta su número de calzado. Y se oyen disparates como el de una marquesa que hace campaña diciendo que la vida de un famoso alcalde (el mencionado Tierno Galván) era un invento y que su funeral lo organizó la cineasta Pilar Miró.

Los hay que en su indecisión dicen que se guiarán por el GPS, gire a la derecha, luego gire a la izquierda? y quien se presenta con la modestia de que "algunas tenemos que hacer campaña planchando, lavando y?" o quien le pide al alcalde que "no estropee la Costa da Morte con esas farolas tan feas?"

Volviendo a la distensión de "mayores": Manuela Carmena pide "más cielos azules, más niños dando voces, más verse en la calle".

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