En los alrededores de la treintena, el gijonés José María Figaredo se estrenó ayer como parlamentario nacional. Sentado a la izquierda del padre (político), Javier Ortega Smith-Molina, con quien ya concurrió en 2015 a las municipales madrileñas, protagonizó un momento curioso. Los de Vox quieren que Pedro Sánchez sienta su aliento en el cogote. Por eso se situaron en la bancada posterior a la del PSOE y, también por eso, Sánchez tuvo que dar la mano a Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros y el propio Ortega Smith al tomar asiento. Pero hasta ahí. Pese a que el diputado de Vox por Asturias se levantó para saludarle, Sánchez se sentó en su escaño sin hacerle mucho caso. ¿Fue una cobra de manual o Figaredo simplemente se puso en pie como una educativa forma de mostrar respeto al Presidente?

Por cierto, Abascal tomó el escaño justo detrás de Sánchez, el que ocupaba en la anterior legislatura Adriana Lastra. La riosellana no pudo ejercer de guardaespaldas del "presi" en la sesión inaugural.