Una espera máxima de 15 días entre la sospecha y el diagnóstico y una demora tope de 30 días para iniciar el tratamiento. Éstas son las principales novedades que introduce la actualización del programa clave de atención interdisciplinar (PCAI) dedicado al cáncer de mama, un protocolo que acaba de ser revisado con un triple objetivo: reducir la mortalidad, mantener una atención homogénea y transversal en todas las áreas sanitarias y aumentar la calidad, la seguridad y la satisfacción de las pacientes, según destacó ayer la Consejería de Sanidad del Principado.

En los últimos tiempos, se registraron diversas protestas de pacientes asturianas derivadas de la incertidumbre que genera el retraso de pruebas confirmatorias una vez que se ha detectado una sospecha de cáncer mediante el programa universal de mamografías periódicas.

El cáncer de mama es la neoplasia maligna más común diagnosticada en mujeres en todo el mundo. Entre las asturianas mayores, a partir de los 25 y hasta los 74 años, los tumores malignos ocasionan el 56 por ciento de los fallecimientos, y el cáncer de mama se sitúa a la cabeza de estas patologías en el grupo de 35 a 54 años.

El protocolo continúa recomendando el cribado mediante mamografía bienal a mujeres de 50 a 69 años. Asimismo, plantea mejoras en la comunicación con las pacientes durante el proceso, con la finalidad de aumentar su participación en la toma de decisiones.

La guía de tratamiento ha sido elaborada por un grupo multidisciplinar de 61 profesionales sanitarios que incluyen todas las fases asistenciales: radiología, anatomía patológica, medicina nuclear, cirugía general, plástica, anestesia, rehabilitación, psicología clínica, oncología (radioterápica y médica) y atención primaria, así como del Servicio de Salud (Sespa) y la Consejería de Sanidad.