Es difícil descubrir estos nidos, según Luis Pérez, lo único que se puede hacer es estar "ojo avizor", tanto si se está trabajando en el campo como si se están realizando tareas forestales. Pérez destacó una zona en especial, los campos situados en zonas cercanas a la costa, porque "las avispas buscan la humedad". La única medida eficaz que se le ocurre es instalar trampas "para capturar a las reinas para que no puedan hacer los nidos", y localizar estos "para eliminarlos en la medida de lo posible". Pero esto último es extremadamente difícil en una región tan frondosa como Asturias.
Pocos concejos se están librando de la presencia de la velutina. No se la ha visto en Caso, Teverga, Yernes y Tameza y Degaña, aunque hay dudas de que no haya entrado en este último concejo. El número de nidos retirados se multiplicó por siete el año pasado, hasta los 1.241. La empresa SERPA del Principado combate los nidos con el trampeo selectivo en primavera y la retirada de los nidos que se descubren.
La picadura de avispa solo es peligrosa en caso de que la persona sea alérgica. Por eso es esencial despejar cualquier duda. "Si una persona sospecha que es alérgica tiene que ir al médico para que le hagan unas pruebas, que consisten en análisis cutáneos y de sangre. En caso positivo se le administrará una vacuna que es eficaz en la mayoría de los casos", indica el alergólogo Carlos Puerto, que pasa consulta en Oviedo, Gijón, Avilés y Llanes. La vacuna en cuestión es un tratamiento que puede durar entre cuatro y cinco años, y que se administra por vía inyectable cada mes.
Los indicios de que se es alérgico a las picaduras de avispas son variados. "Puede producirse una reacción local exagerada, con edema que puede afectar a las articulaciones. En ese caso, podemos estar hablando de una alergia. Es más evidente cuando se produce una reacción en un miembro alejado del lugar de la picadura, ni qué decir cuando aparecen náuseas, mareo, vómitos o problemas respiratorios. En esos casos hay que recibir ayuda médica de urgencia", añadió el médico.
Una vez que un alérgico está seguro de su condición, solo cabe tener a mano un kit de emergencia, que incluye adrenalina autoinyectable y antihistamínicos. "La adrenalina evita el shock anafiláctico", indica. Eso no evita que tenga que acudirse a un centro hospitalario, con el fin de observar su evolución y aplicar los tratamientos necesarios.
Puerto asegura que cada vez hay más casos de alergia provocados por picaduras de avispa, especialmente a raíz de la "epidemia de velutina" que se está produciendo en la Cornisa Cantábrica. Se has disparado los tratamientos de inmunoterapia. "Los apicultores están más concienciados, por trabajar más directamente con las abejas, pero afecta a todas las personas que trabajan en el campo, por lo que habría que encarecerles que acudan al médico al menor síntoma", añade Puerto.
Qué hacer
Si no se es alérgico, en caso de picadura, lo primero que debe hacerse es tratar de sacar el aguijón de la piel. Se puede hacer con una tarjeta de cartón o una tarjeta de crédito, presionando suavemente con ella hasta extraer el aguijón. Una vez que está parcialmente fuera de la piel, puede terminar de sacarse con ayuda de unas pinzas de depilar. Como el aguijón contiene veneno, sacarlo ayudará a mejorar los síntomas de la picadura. Tras extraerlo, debe lavarse la zona con un jabón neutro. Hay pomadas analgésicas que pueden aplicarse a la zona de la picadura.
También hay remedios caseros, alguno de los cuales suena un poco raro. Si se está en el campo, uno de ellos puede ser aplicar barro a la zona de la picadura, lo que aliviará el dolor. Eso sí, una vez que se llegue a casa, hay que lavar la picadura y aplicar hielo. También el ácido cítrico puede neutralizar el veneno. En los pueblos también se ha llegado a utilizar métodos como friegas de cebolla, de vinagre de manzana y hasta aceite y perejil mezclados.
