Asturias tiene una pica en la NASA. El Principado puede estar orgulloso de que una de sus paisanas, Adriana Ocampo Uría, se encuentre al frente del programa científico de la Agencia Espacial Estadounidense. Desplazada estos días en Oviedo con motivo de su participación en el jurado del premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica que se falla este miércoles, Ocampo se ha reunido esta mañana en la Escuela de Minas con un grupo de investigadores del Instituto de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias, vinculado a la Universidad de Oviedo (ICTEA), que dirige Javier de Cos.

Los orígenes asturianos de la científica de la NASA se encuentran en la localidad maliayesa de Coro aunque sus familiares se desplazaron años después a Ponferrada y ellas misma nació en Colombia, donde residió hasta que sus padres se desplazaron a Argentina y siendo ya adolescente la familia se trasladó a EEUU. Siempre que tiene oportunidad está encantada de regresar a Asturias y anima a los investigadores de la Universidad de Oviedo a mantener la línea actual y explorar las oportunidades de la minería espacial, una disciplina nueva "que tendrá mucho auge", augura ante las oportunidades de la explotación de nuevos materiales en asteroides.

Como directora del programa Nuevos Horizontes de la NASA afirma que durante la próxima década se abrirá para la civilización la posibilidad de explorar nuevos mundos. Su trabajo se asemeja al de un director de orquesta: se encarga de supervisar que se cumplan todos los requisitos y requerimientos técnicos, se minimicen los riesgos y se cumplan los objetivos. De ella depende maximizar las posibilidades de éxito de las misiones. Ocampo ofrecerá esta tarde una charla en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo sobre "Nuevos horizontes. Una perspectiva del sistema solar" y que contará con la presencia del Juan Luis Alonso (director del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo) y Olga García Moreno (codirectora del Aula La Gran Historia, miembro del Grupo Big History de la Universidad de Oviedo y profesora del departamento de Geología).

Antes de cumplir la mayoría de edad, Ocampo empezó su carrera en ciencia planetaria, primero como voluntaria de la NASA en el Laboratorio de Propulsión a Reacción, durante el verano, y tiempo después siendo ya universitaria, como empleada. En todo este tiempo ha trabajado en un número considerable de proyectos de la NASA sobre ciencia planetaria, incluyendo la sonda espacial Juno de la misión a Júpiter, la misión a Plutón y el OSIRIS-Rex, misión para el análisis de muestras del asteroide. Es también la científica responsable de la colaboración de NASA con la Agencia Espacial Europea sobre la misión a Venus y con la Agencia de Exploración Aeroespacial japonesa.

De su labor científica quedan hitos como la investigación que llevó al descubrimiento del cráter de impacto del Chicxulub, la marca que dejó el impacto que causó la extinción de los dinosaurios y del 50% de las especies que poblaban la Tierra en aquel momento. "Fue un reto grande", reconoce, "pero siempre hay que seguir nuestros sueños y convertir los no en sí; los fracasos son parte del éxito también", concluye.