Un drama a ambos lados del puerto de Cerredo, que separa los concejos de Degaña y Villablino. En Villager de Laciana, en el barrio de La Argaixada, vive la familia de Borja V. G., el hombre de 34 años, padre de dos hijos, al que apunta la UCO como autor del disparo que arrancó la vida a Sheila Barrero en torno a las ocho de la mañana del 25 de enero de 2004. Las nuevas revelaciones han sido recibidas en el municipio de Villablino con escepticismo. Su familia más cercana, preocupada, lo defiende a ultranza. "Voy con la cabeza muy alta porque sé que tengo en casa a un inocente", aseguró ayer la madre de Borja V. G. "Llevamos quince años con esta lucha, están cebándose en una persona inocente que además tiene dos hijos, de 10 y 4 años", añadió.
También tuvo palabras para la familia de Sheila Barrero. "Comprendo que necesiten a un culpable, pero que lo busquen donde verdaderamente está", pidió. Y finalizó con una afirmación lapidaria: "Esa noche mis hijos estaban en casa y sus padres también", corroborando la coartada aportada por Borja V. G. y que por el momento no ha podido ser tumbada. En el pueblo los vecinos defienden a esta familia. "La instrucción de la Guardia Civil fue deficiente, hay muchas incongruencias. Los están destrozando. Su abuelo murió de pena al ver a su nieto en esta situación", aseguró un vecino. En Villablino se mostraron más neutros: "No sé qué van a sacar después de quince años. Vuelven otra vez con los restos de metal, pero eso ya se dijo en su momento".
Al otro lado del puerto de Cerredo, en Degaña, los nuevos informes de la UCO han abierto una puerta a la esperanza. Son ya quince años de lucha para que alguien pague por el crimen de Sheila. En casa de Julia Fernández y Elías Barrero la presencia de la joven asesinada llena cada rincón. Sus retratos descansan sobre los muebles y cuelgan de las paredes, y forman un pequeño altar. "Ella está presente en todo momento. Van quince años, pero parece que fue ayer", aseguró Julia Fernández. "Esta es una casa en la que no hay una vida normal desde que mataron a mi hija. No hay Navidad, no hay fiestas. Lo único que pedimos es que se haga justicia y que el que mató a mi hija vaya a la cárcel", añadió.
Ha pasado mucho tiempo, "demasiado". Pero están "esperanzados". "Los informes de la Guardia Civil son muy claros y no dejan dudas", afirmó Julia Fernández, una mujer que llegó a plantarse con una tienda de campaña ante la Audiencia para que se reabriese el caso. Una mujer que no ha cejado en la lucha. "Queda todavía instrucción; por pedir, pediríamos que lo detuviesen ya, pero tenemos que ser prudentes", añadió Elías Barrero.
Del sospechoso, Borja V. G., saben que vive en Villablino, que tiene dos hijos. "Está haciendo su vida, riéndose de nosotros", se lamentaron los padres de la joven asesinada, que no soportan que se presente al sospechoso como una víctima. "La víctima fue mi hija, pero quieren presentarla como la culpable", exclamó Julia Fernández. Hay mucha rabia e impotencia, mucho dolor en esta familia. "Los padres le dieron una coartada, pero no es cierto que estuviesen en casa esa noche. Estaban para Gijón u Oviedo", añadió. "Siempre pensamos que tuvo ayuda, pero no vamos a hacer suposiciones", remarcó Barrero.
Sheila, una joven que trabajaba duro en una agencia de viajes, y los fines de semana en un pub, aún no ha encontrado justicia. "Sería vergonzoso que esto quedara en nada, con los informes que hay", aseguró la mujer, que solo tiene buenas palabras para los agentes de la Guardia Civil. "Estamos orgullosos de la investigación. Hubiésemos deseado más colaboración, pero la gente no quiere problemas", añadieron. En Degaña todos están con esta familia. Una vecina lo expresó con una frase: "A ver si termina la agonía en esa casa".
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