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Desolación e incredulidad entre los compañeros de Carragal: "No buscaba el conflicto para nada"

Colegas del maestro fallecido, que ayer debería haberse presentado a la oposición de Educación Física, se ven incapaces de asimilar su infortunio

Maestros opositores, ayer, en la sede de Llamaquique, donde debía haberse presentado Carragal. IRMA COLLÍN

Las aulas del campus de Llamaquique, llenas de ilusiones de unos ochocientos aspirantes a maestro, notaron ayer sin embargo la ausencia. David Carragal, el joven maestro pixueto que perdió la vida tras sufrir una agresión durante las fiestas del barrio ovetense de La Florida, tendría que haber estado allí, intercambiando nervios, incertidumbres y expectativas con sus compañeros de clase. La falta, "no hay palabras", dejó mudo al mierense Roberto Villa, compañero de estudios de Carragal en la facultad de Formación del Profesorado. Precisamente allí mismo, ayer, en el descanso entre prueba y prueba de la oposición docente de Educación Física, mientras comentaba sus "buenas impresiones" sobre la parte teórica del examen y celebraba la suerte de haber estudiado los tres temas que se dieron como opción a los aspirantes, se decía aún incapaz de comprender el infortunio de su colega.

Cuenta que tardó en enterarse de la mala noticia y en asimilarla, que era "un chaval espectacular, de lo mejor", incompatible con la gresca y la bronca. "Era mayor que nosotros, y aunque él tuviera 33 y yo 26, aunque fuera de los mayores de la clase siempre tuvo mucha afinidad con nosotros, se integró en el grupo como uno más. No tengo más que palabras buenas".

La ebullición expectante de los momentos posteriores a un examen se mezclaba así con la tristeza de quienes ayer notaban además de los nervios el vacío. En algunas aulas, los presidentes de tribunales tuvieron un recuerdo para el fallecido antes de dar a los alumnos las instrucciones del examen. Al salir, Rubén Suárez, aspirante de Luarca, tampoco podía evitar recordar los momentos que compartió con Carragal, compañero de facultad y de academia en la preparación de la oposición de ayer. La misma dificultad para asimilar su trágica muerte, la misma consternación, la misma incredulidad a la vista del perfil que conoció de la víctima. "Era muy tranquilo, una persona muy normal, que no buscaba el conflicto para nada", repite.

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