En esta salida hay 5.071 maestros y solo llegarán 781. A más de seis por plaza. Más de ocho de cada diez aspirantes inscritos -estaban convocados 6.219- expusieron ayer su futuro laboral al resultado de la mayor oposición docente de la historia de Asturias. Había veteranos y noveles, de veinteañeros recién salidos de la Facultad a profesores de largo recorrido que hasta frisan los 60 años en una convocatoria que llenó los campus universitarios del Cristo y Llamaquique, en Oviedo, que revolvió los nervios y las incertidumbres, las esperanzas y las ilusiones de los candidatos y que es en la práctica sobre todo la gran reválida del maestro interino. Esos profesores de plaza fluctuante y destino inestable fueron el colectivo probablemente mayoritario en las listas de los que ayer se sometieron al procedimiento selectivo en cuatro horas intensas de examen escrito, de prueba teórica y desarrollo de supuestos prácticos para siete especialidades docentes. La oportunidad de consolidación de sus empleos se une a la esperanza de los sindicatos de que la macroconvocatoria sirva para estabilizar plantillas, rejuvenecerlas, cubrir jubilaciones y rebajar la tasa de interinidad de la función docente en Asturias.

La ratio general de más de seis aspirantes por plaza en los exámenes de ayer se encarece especialmente en algunas de las especialidades del concurso. El número de opositores presentados eleva a más de siete candidatos por puesto la proporción de Primaria y Educación Física, las más caras, y baja la ratio de 4,5 aspirantes para cada trabajo en Música. Las demás -Educación Infantil, Inglés, Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje- rondan por encima o por debajo los seis candidatos por cada plaza en una visión general en la que más de la mitad de los 5.000 presentados se los reparten Infantil y Primaria.

Entre los nervios y las esperanzas se coló ayer el protocolo de vigilancia estricta aplicado por el Principado, que llevó a los tribunales, 78, a requerir el pelo recogido y las orejas a la vista para evitar los pinganillos y a mantener bajo vigilancia la desconexión y la proximidad de los dispositivos electrónicos. Pesaba la experiencia reciente de los candidatos demasiado próximos en las oposiciones sanitarias de los últimos meses.

El paisaje humano en los campus era heterogéneo en edades y situaciones personales. Para los muy curtidos en experiencias similares y para los primerizos la tensión inicial fue decreciendo, dijeron, a medida que avanzaban las dos partes de las pruebas en una mañana plena de emociones. En Llamaquique, sede de los exámenes para aspirantes a maestro de Educación Física, a eso de las once y media y recién terminada la fase inicial de la prueba, el primer veredicto fluctúa entre el que "no había preparado nada" y muy poco esperaba y la fortuna del que pudo elegir, porque había estudiado los tres temas que salieron del sorteo como alternativas para desarrollar en el examen. "Todo lo que sabía lo puse", dice al teléfono una candidata aliviada, recién salida de responder a la parte teórica.

Han tenido dos horas para desarrollar por escrito uno de los tres temas elegidos por sorteo y otros dos para hacer frente a un supuesto práctico que en Educación Física era la simulación de la respuesta a una situación que puede darse en el aula. Para los que superen esta primera fase habrá una segunda consistente en la defensa de una programación didáctica.

Beatriz Méndez, de Candás, aspirante a maestra de Educación Física, viene "mucho más tranquila" porque su oposición es la cuarta, después de "dos aquí y dos en Madrid. Sé lo que me juego", dice por todos los que llevan años de pescante a las espaldas, mayoritarios ayer en una oposición especialmente intensa para los interinos que han debido compatibilizar la preparación de la prueba con el trabajo y a los que el examen les llega al final de la muy intensa última semana de curso. A su lado, María Rodríguez, de Gijón, viene por segunda vez, la primera preparada en serio. Se le hicieron largos hasta los veinte minutos que pasaron desde que se sortearon los temas hasta que pudo ponerse a escribir.

A Rubén Suárez, de Luarca, las dos horas se le quedaron cortas para desarrollar la teoría de los "Desarrollo de las capacidades físicas básicas en la edad escolar", el tema que escogió de los tres propuestos. José Ángel Méndez, de Gijón, acabó la carrera el año pasado y su trabajo en un colegio concertado le restó tiempo de preparación. Es su primera vez, pero no estaba demasiado nervioso. El mierense Roberto Villa, tampoco, "porque había estudiado bastante, pero siempre está esa responsabilidad de llevar dos años preparándote para esto, de demostrar que el trabajo ha servido para algo".

La jornada transcurrió sin incidencias reseñables y los sindicatos docentes destacaron la afluencia de aspirantes, más alta de lo esperado, y la organización mejor preparada que en citas anteriores.

El campus del Cristo era un ir y venir de opositores. La mayoría no llegaban a los 30 años y eran muchos los que tenían la sensación de que no les había ido demasiado bien la primera de las pruebas de ayer, el desarrollo de un tema teórico. Claudia González aspiraba a una plaza de profesora de infantil pero no tuvo mucha suerte en el sorteo. Casi todos los opositores reconocen, con sinceridad, que no tienen bien preparados todos los temas así que el sorteo puede jugar malas pasadas. En el caso de Claudia tenía que preparar 25 temas y las bolas que salieron en su tribunal correspondían a los número 21, 23, y 24, "todos muy seguidos y encima del final", se lamentaba.

Para atraer esa suerte hubo quien se llevó amuletos, como Raquel Iglesias, que además de lucir una camiseta en la que se podía leer "Mamá de Manuel", acudió al examen con un amuleto reiki que le había regalado una compañera, un dibujín que la amiga había cargado de energía positiva a la luz de la luna. Y parece que funcionó. "Me ha salido bastante bien", dijo Raquel.

También le trajo suerte a Marta Iglesias el haberse pintado las uñas con la iconografía de la película "Pesadilla antes de Navidad". Los nervios no le hicieron morderse aquella obra de arte por la que se había gastado unos cuantos euros y que al final parece que sirvió de algo porque la chica estaba "muy contenta al caer un tema que tenía muy bien preparado".

Todas esas sensaciones, las buenas y las malas, deberán ser ratificadas por números, por las notas. A partir del lunes llegará el momento de defender ante el tribunal lo expuesto hoy. Pero eso ya será otro tema.