Un hombre de 51 años y natural de Oviedo permanece desde ayer arrestado en los calabozos de la Guardia Civil de Llanes acusado de cometer un delito de resistencia a agente de la autoridad. El reo, que podría ser trasladado ante el juez de guardia en las próximas horas, fue localizado por los agentes de la Benemérita en la playa de Torimbia. Un lugar por el que -según varios testigos- el ahora imputado llevaba varios días deambulando sin rumbo fijo. El ovetense trató de resistirse a su identificación de forma violenta. Tanto que incluso acabó provocando importantes heridas (rozaduras y esguinces) a, al menos, dos funcionarios de la Benemérita de la Comandancia de Llanes.

Los vecinos y campistas de la zona de Torimbia que a lo largo de los últimos días había alertado a la Guardia Civil de la presencia de este hombre aseguraron que el ahora detenido se había mostrado agresivo con varias personas que le habían encontrado en los arenales del concejo. El arrestado llegó incluso a tirarle varias piedras a una mujer y también provocó desperfectos tanto en turismos como en furgonetas aparcadas por la zona.

Nadie sabía decir a ciencia cierta de dónde había venido o hacia donde se dirigía el arrestado. Los funcionarios encargados de dar respuesta a la demanda ciudadana intentaron "cazar" al reo en varias ocasiones. Pero no fue hasta ayer cuando lo lograron. Los agentes de la Benemérita localizaron al presunto delincuente en una ladera de difícil acceso. Hasta el lugar de los hechos se llegaron a desplazar hasta seis funcionarios del instituto armado. La resistencia al arresto del fue tal que el forcejeo provocó heridas a dos funcionarios. Al menos uno de ellos va a tener que estar de baja varias semanas.

Los testigos de los hechos aseguran que el detenido se escondió en un matorral en lo alto de una ladera y empujó a los agentes cuando lo iban a detener. Los funcionarios se vieron sorprendidos y dos de ellos cayeron por la ladera, logrando posteriormente engrilletar por la fuerza al reo que en todo momento se negó a identificarse. Tanto que los funcionarios tuvieron que recurrir a las huellas dactilares.

Finalmente se pudo saber que se trataba de un vecino de Oviedo de 51 años de edad cuya identidad responde a las iniciales R. B. L. y que cuenta con antecedentes penales, según relatan fuentes cercanas al caso. La detención del reo por parte de la Guardia Civil supuso un gran alivio para los bañistas y los visitantes de la zona, que tenían miedo de que en algún momento el arrestado pudiera herir a alguien.