A las 10.58 de la mañana un buzo de los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuática de la Guardia Civil) localizó el cadáver de Carlos Antonio Rosario, "Bolo", el dominicano de 35 años desaparecido ayer en el río Nalón cuando se bañaba con un amigo. El agente marcó el punto donde localizó el cuerpo con una boya para su posterior extracción a bordo de una lancha.

El cuerpo del dominicano ha sido localizado 50 metros río abajo del prao del Xiringüelu, cerca del punto donde se le vio por última vez. Estaba en el centro del río a unos dos metros de profundidad, por eso ayer no fue localizado al peinarse las orillas del Nalón y no el centro del cauce.

El dispositivo de búsqueda redobló hoy esfuerzos tras no obtener éxito ayer. Los bomberos con base en Pravia llegaron a las seis de la mañana y a las ocho lo hicieron los del relevo de turno. Aún así, algunos del turno anterior decidieron quedarse voluntariamente para colaborar. Había dos equipos conjuntos de bomberos y Cruz Roja. Clave fue la asistencia de la Guardia Civil, con el teniente Junquera al mando, y especialmente de los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS). Uno de ellos halló el cadáver a dos metros de profundidad. También colaboraron efectivos del equipo de montaña.

El desaparecido había pasado el día con sus hermanas y unos amigos en las piscinas de Illas, hasta que un grupo de ellos decidió ir a Pravia, cerca del prau Salcedo, donde se celebra la romería del Xiringüelu, a pasar la tarde, según relató uno de sus amigos. Sobre las seis y media de la tarde, Carlos Antonio Rosario y un amigo decidieron bañarse y se tiraron juntos al agua. Les vieron zambullirse, pero ya no salió.

"Un buen tío"

"Como dicen aquí, es un tío de puta madre". Carlos Antonio Rosario, el hombre que buscaban en el río Nalón y cuyo cadáver ha aparecido esta mañana, es para sus amigos y conocidos "Bolo". "Es, sobre todo, un buen amigo", le describía ayer Jony Linares, muy afectado por la desaparición de este dominicano que llevaba entre siete y ocho años en Avilés. "Es un chaval muy alegre. Le gusta el deporte, sobre todo el baloncesto", agregó su compatriota. Rosario tiene 35 años. Lleva casi una década viviendo en Avilés junto a su familia. Hace aproximadamente un año logró traer a su hija, de 14 años, desde la República Dominicana. Precisamente, la pequeña está estos días de vacaciones en el país caribeño.