Un ovetense de 80 años fue detenido en la tarde de ayer tras propinar presuntamente dos puñaladas a su ex pareja sentimental, D. O. P., una viuda de 73 años y madre de dos hijas, en su domicilio de la calle La Isla de Pola de Siero. Los hechos ocurrieron en torno a las doce y media de la mañana, después de que la pareja volviera de hacer la compra en un supermercado de la localidad, donde fueron vistos juntos por algunos testigos. Herida en el costado y la axila derecha, la mujer corrió desde su casa hasta la Comisaría de Pola de Siero para denunciar lo que había ocurrido. Por su parte, el presunto atacante huyó de la zona e intentó quitarse la vida ahorcándose en su domicilio de la calle Río Eo del barrio ovetense de Ventanielles. Sin embargo, varios agentes de la Policía Nacional pudieron entrar en la vivienda y descolgarlo a tiempo. En ese momento, el hombre sufrió un fuerte golpe en la cabeza. Tanto la mujer como su presunto agresor están ingresados ahora en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Ninguno de los dos presenta lesiones que hagan temer por su vida. En el caso del presunto agresor, preocupa el traumatismo que presenta en la cabeza. Su estado hace pensar a las autoridades que no esté en condiciones de pasar a disposición judicial antes del viernes. Presumiblemente será el Juzgado de Violencia contra la Mujer el que se encargue de la instrucción del caso.

En el espejo del ascensor del domicilio de Siero, una mancha de sangre daba testimonio de la brutal agresión. Los vecinos no dejaban de comentar lo sucedido durante el día de ayer, tanto en las inmediaciones del portal como en las sidrerías y cafeterías próximas. "Si todavía estaban esta mañana comprando en el supermercado juntos", exclamaron sorprendidos sus conocidos. No obstante, admitieron que la pareja mantenía una relación "volátil", con continuas ideas y venidas, tras quedar ella viuda hace unos cinco años.

En aquel momento, D. O. P. se fue a vivir a Gijón -donde reside una de sus hijas-, realquilando la vivienda de Pola de Siero, según explicó una de las vecinas que vive frente a su puerta. Tras cuatro años fuera de la Pola, a principios de 2019, la mujer regresó al mismo domicilio, con una nueva pareja. "Era habitual verlos juntos de la mano por aquí, yendo a la compra", relataron algunos residentes de la calle La Isla. Los vecinos negaron que se hubiera producido una separación de la pareja. Incluso se acordaron de una escena que protagonizó el presunto agresor hace apenas tres días. "Venían de comprar y dejó el coche cruzado en medio de la carretera", aseguraron. Entonces el resto de vehículos "comenzaron a pitarle y no se le ocurrió otra cosa que dejarlo en medio del ceda el paso", añadieron, señalando el lugar, antes de rematar la historia describiendo su estado: "Tenía una avería importante". A pesar de todo, nada les hizo sospechar que podía suceder algo como lo ocurrido ayer. "Nunca habíamos sido testigos ni oído discusión alguna entre ellos", repitieron todos los que pasaban por la zona.

Las dos hijas de la mujer herida rechazaron valorar el ataque sufrido por su madre. Una de ellas admitió incluso que había roto hacía tiempo la relación con ella. Y es que presumiblemente no aceptaban la relación que mantenía con el hombre que terminó finalmente apuñalándola a mediodía de ayer.

"Haciendo virguerías"

En Ventanielles, el presunto autor del apuñalamiento, conocido como "El Aurelio", tiene bastante mala prensa. Vive en el bajo del número 10 de la calle Río Eo. Según los vecinos, sobre la hora de comer la mujer que vive encima de él comenzó a oír ruidos, pero lo consideró normal porque siempre estaba en casa "haciendo virguerías". Otra vecina no oyó demasiado. "Llevo audífono y lo tenía quitado", aseguró la mujer. En general, la opinión del vecindario es bastante negativa. "Iba conduciendo sin carné y tenía dos novias, una en Pola de Siero y otra en el Naranco", aseguró una vecina. "Dicen que no estaba bien de la cabeza", añadió la misma mujer.

Sobre las tres de la tarde aproximadamente tocaron al timbre de la vecina de arriba. Eran los agentes de la Policía Nacional y querían entrar en la vivienda del hombre. El asunto causó un fuerte revuelo. Los vecinos, en el portal, vieron como el personal de una UVI Móvil sacaba al hombre en una camilla cubierto con una lona negra. "Pensamos que Aurelio estaba muerto, pero al parecer estaba bien vivo", indicó uno de ellos.

Entre los vecinos todo eran habladurías de la relación que mantenía con la víctima. "Dicen que esa pobre mujer lo recogió de la calle", indicaron. Según aseguraron, se conocieron en un local de baile al que acuden personas ya mayores para darse una segunda oportunidad. Los vecinos indicaron que el hombre había tenido algunos problemas con la Justicia con anterioridad. Hace unos dos años, los vecinos se vieron sobresaltados cuando los agentes de la Policía acudieron a preguntarles si lo habían visto. El hombre es bastante conocido en algunos establecimientos hosteleros de los alrededores.