El trabajador de una carnicería de la avenida de Ildefonso Sánchez del Río, en Pola de Siero, resultó ayer herido al clavarse por accidente el cuchillo con el que estaba despiezando carne en la parte trasera del establecimiento. El accidente ocurrió poco antes de las once de la mañana. El carnicero, un hombre de 52 años de edad que responde a las iniciales F.A.C., se produjo la herida en el costado izquierdo mientras estaba cortando una pieza, e inmediatamente se dio cuenta de la gravedad.

Avisó a sus compañeros y cubrió la parte ensangrentada con el mandil y con papel de cocina para tratar de frenar la hemorragia que se había producido.

Entretanto, sus compañeros avisaron a los servicios de Urgencias, que movilizaron a una ambulancia y dieron por teléfono las primeras indicaciones de cómo tratar la lesión. En un principio, lo mejor hubiera sido no retirar el cuchillo.

El carnicero estuvo todo el tiempo arropado por sus compañeros, e incluso una clienta de la carnicería, procedente de Valencia, viendo la situación, entró a ayudar y a tratar de dar ánimos al herido. Además, una vez que pasó el momento más grave, y comprobando el nerviosismo que todavía invadía a los compañeros del herido, les trajo una tila para que se templasen.

La ambulancia llegó con mucha rapidez, en un intervalo de unos diez minutos, según los trabajadores, pero, dada la gravedad del daño, los operarios de urgencias decidieron dar el aviso a una Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) móvil. Asimismo, acudieron agentes de la Policía Científica para tratar de aclarar los hechos.

El herido fue trasladado en la UVI móvil al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) donde ingresó por Urgencias. Tras una primera exploración, los facultativos constataron que el corte, aun siendo grave, no había afectado a ningún órgano vital del trabajador, y por tanto el herido, aunque había perdido mucha sangre, estaba fuera de peligro.

Tanto el propietario de la carnicería como algunos de sus compañeros acudieron al hospital preocupados por el estado de salud del herido, y todos se sintieron aliviados al conocer que su vida no corría peligro. La carnicería recuperaba por la tarde la actividad, pero tanto para los trabajadores como los numerosos clientes que acudieron al establecimiento, el incidente, y el gran susto continuó muy presente en todas las conversaciones.