Los dos langreanos que agredieron a un Guardia Civil y a su padre en Bobes (Siero). Ni la fiscalía, ni el abogado de la acusación han pedido el ingreso en prisión de los atacantes, que pasaron a disposición del magistrado del Juzgado Número 1 de Siero. Allí, uno de los acusados se negó a declarar y el otro aseguró que el agredido no se había identificado como agente y que la agresión a palos se produjo después de que este "nos azuzara con un perro peligroso de grandes dimensiones". Por el momento, el altercado, que obligó a pasar a los agredidos por el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), ha quedado en un delito de lesiones y daños -no de atentado contra la autoridad-, a la espera de si el Guardia Civil puede demostrar que realmente se identificó como tal.
El conflicto entre las partes comenzó en el concejo de Langreo. Allí el vehículo de los acusados golpeó por detrás al coche en el que viajaba el agente, que se encontraba fuera de servicio, y su progenitor. La colisión apenas tuvo importancia y los daños fueron mínimos.
En ese momento, los ocupantes de los vehículos se bajaron y se inició una fuerte discusión sobre la responsabilidad del accidente. Los ocupantes del vehículo que había golpeado por detrás se ausentaron entonces de la zona sin haber facilitado sus datos. El agente de Tráfico, ante esta tesitura, decidió seguirles a bordo de su vehículo. Finalmente les dio alcance en una glorieta en las inmediaciones de la localidad sierense de Bobes.
Fue allí cuando se produjo la agresión sufrida por el agente y su padre, que fueron golpeados con palos por los dos ocupantes del otro vehículo, quienes huyeron de la zona. Sin embargo, según indicó uno de los acusados ante el juez, el agredido nunca llegó a identificarse como agente y les "asustó" sacando un perro de gran tamaño.
