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El asesinado de un tiro en Xixún amenazó con suicidarse si no cobraba el salario social

En una carta dirigida al Ayuntamiento de Siero, la víctima dijo que se quitaría la vida en público l Los vecinos afirman: "Tenía mil frentes abiertos; pudo ser un ajuste de cuentas por cualquier cosa"

Casa en la que residía la víctima. A. I.

Ginés Priede Junco, el vecino de 68 años de Xixún (Siero) que fue hallado muerto el domingo de un disparo en la cabeza, amenazó con suicidarse tras no obtener el salario social, ya que se encontraba en vías de deshaucio. Así lo refleja una carta remitida al Ayuntamiento, a la que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, en la que aseguraba sentirse desposeído de su "dignidad y derechos". El fallecido tenía antecedentes penales relacionados con drogas y robos, que le habían llevado a prisión en anteriores ocasiones.

Vivía de alquiler en una casa propiedad de su antigua pareja, que se había ido de Asturias, tras tener problemas con él. Hace varias semanas, ambos habían tenido un juicio por los impagos, en el que se decretó el desahucio. A pesar de la amenaza de quitarse la vida "públicamente", las circunstancias que rodean al suceso hacen pensar que pueda tratarse de un homicidio, "relacionado con cualquiera de los frentes que tenía abiertos" la víctima, según apuntan los que mantenían una cierta relación con él. La investigación judicial se encuentra bajo secreto de sumario.

Los propios vecinos del pueblo de Xixún y gente que le conocía de los bares de El Berrón, explican que era "un tipo solitario y con actividades sospechosas". Muchos no sabían su pasado en prisión, pero sí confirmaban sus vínculos con el mundo de las drogas. A pesar de todo, en su carta al Consistorio defendía que no era "un tipo violento" y apuntaba a que "por una denuncia falsa por un desahucio", iba a perder la ayuda económica. Sin embargo, según ha podido saber este periódico, el motivo por el que no pudo optar a la paga, es porque no cumplía el requisito de estar empadronado en Siero durante el tiempo necesario.

En su escrito muestra una voluntad decidida por poner fin a su vida: "Soy una persona normal, pero debido a los acontecimientos no me queda más remedio que luchar por algo que me quitan... no me queda más que perder que mi propia vida", aseguraba.

A pesar de esta amenaza, las circunstancias que rodearon el suceso indican que su muerte fue un homicidio. Principalmente, al no aparecer el arma que le causo la muerte, una escopeta o rifle, que le destrozó la cabeza de un único disparo. Personas que mantuvieron un cierto contacto con él, apuntan que: "Tenía mil frentes abiertos, puede ser un ajuste de cuentas por cualquier cosa".

Algo parecido subrayan en los bares donde paraba: "Entraba, tomaba una cerveza y se iba. Nunca venía acompañado y no solía hablar", coinciden dos hosteleros del concejo.

El cuerpo de Priede fue encontrado por un vecino, el pasado domingo, pasadas las seis de la madrugada. Se encontraba sobre un enorme charco de sangre, con parte de la masa encefálica fuera del cráneo y a menos de cien metros de la casa en la que vivía de alquiler. Allí había residido durante dos periodos, y había regresado hacía menos de un año. Rápidamente llegaron agentes de la Guardia Civil -que aún investiga los hechos-, bomberos de los servicios de emergencia del Principado y miembros del SAMU. El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Asturias, en La Corredoria (Oviedo), donde se le realizó la autopsia, que determinó que había fallecido de un único disparo de un arma larga.

Los rumores se extendieron rápidamente por la localidad, donde nadie tenía excesivo trato con el fallecido. La mayoría apuntaban a los negocios ilícitos que en el pasado le habían llevado a prisión. De momento, no se han producido detenciones y la investigación se encuentra bajo secreto de sumario, por orden del juez de Siero.

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