La proliferación de comentarios y opiniones a través de internet hacen que muchos clientes utilicen las páginas en las que se valoran negocios y las redes sociales como una herramienta para vengarse contra los propietarios de los lugares en los que se han sentido no excesivamente bien tratados. Es el caso de un cliente de una pastelería de Gijón que se quejó hace tiempo del trato que habían recibido en una pastelería de Gijón situada en el barrio de La Arena. Puso una mala nota al negocio y la acompañó del siguiente comentario: "Muy mala atención a las personas con mascotas, no vuelvo nunca más. La verdad es que fue muy desagradable todo", sentenció tildando a los responsables del negocio como personas "provincianas y paletas".

La propietaria del negocio no se quedó atrás y contestó. "No somos provincianos aunque jamás tomaríamos eso como un insulto. Somos asturianos, colombianos, argentinos€ a mucha honra", afirmó la dueña del local tratando después de explicar lo que le había sucedido con el cliente. "Es la primera vez en los cinco años que llevamos en nuestro negocio que entran con mascotas camufladas en un carricoche de bebé saltándose los carteles de "prohibido mascotas" de la puerta", explicó. "Ante la sorpresa se te dijo de manera educada que no podía hacerlo y se te explicó la razón. Podría denunciar tu comentario pero fue un anota de color y no hubo un cliente que no comentara con gracia la situación vivida", sentenció.

Desde el establecimiento aclaran que no pueden acoger mascotas porque cuentan con un obrador abierto y las normas de Sanidad Europeas no lo permiten. "Se nos impone esta cuestión y se castigaría si no lo cumpliéramos", afirman haciendo hincapié en que en cualquier momento del año se puede ver a los propietarios de este negocio en la playa de San Lorenzo disfrutando con sus mascotas.

De hecho Gijón es una de las ciudades de Asturias más solidaria con los animales. A la gran cantidad de playas y zonas verdes que hay disponibles para perros en la ciudad se suman cada vez más establecimientos comerciales que a nivel privado deciden abrir sus puertas también a los clientes de cuatro patas. La ciudad explota de hecho esa "amistad" con los perros de forma turística atrayendo cada vez a más amantes de los animales. Algo que en las cafeterías y los hoteles saben y por eso muchos adaptan sus negocios.