Sacar los coches fuera de las ciudades es una tendencia que gana adeptos cuando se habla de mejorar ambientalmente el espacio urbano. Pero los aplausos se transforman en abucheo cuando el planteamiento, a falta de otras medidas para hacer sostenible la vida en la metrópoli, pasa por subir el precio por aparcar o eliminar las áreas reservadas para el estacionamiento de vehículos. Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, ha fijado el punto de partida de la negociación de las ordenanzas fiscales para el 2020 en disuadir el parking en superficie elevando el coste de la zona azul. Y Asturias quiere subirse al mismo tren (o, en este caso, al coche) para alcanzar lo que se denominada "una movilidad metropolitana". Así lo defiende la directora técnica del Consorcio de Transportes del Principado (CTA), Radisbunda López: "Mientras no subamos el precio de la zona azul o quitemos aparcamientos, será difícil que el vehículo privado ceda espacio al peatón".
Los tres escenarios que se plantean en el plan de movilidad del Principado para avanzar en ese objetivo tienen que ver con eliminar las necesidad en sí misma de la movilidad; promover los desplazamientos a pie o en bici (facilitando que todo ciudadano pueda llegar al trabajo, por ejemplo, con su bici, pudiendo acceder con ella a apeaderos de tren o estaciones de autobuses) y racionalizar el uso del vehículo privado. En este sentido la directora técnica del Consorcio de Transportes planteó en un foro sobre áreas metropolitanas organizado por el Colegio de Sociólogos que para desincentivar el uso del turismo cabe "dar opciones o eliminarlo". Y para llegar a su erradicación sólo cabe subir el precio de la ORA -popularmente conocida como "zona azul"- o reducir los espacios actuales destinados al estacionamientos de vehículos.
En la capital británica han ido echando vehículos con un peaje de ocho euros para entrar en una zona central de 32 kilómetros cuadrados. Y existen más ejemplos en Europa pero la realidad es: ¿estarían los asturianos dispuestos los ciudadanos a pagar más por llegar con sus vehículos al centro o a disponer de menos espacios para ello? Restar superficie a la presencia del automóvil es ya una realidad en capitales como Madrid y forma parte de una estrategia generalizada de otros lugares como Hamburgo, Estocolmo o Vitoria, de vuelta a España. En esos casos, la expulsión de los vehículos de las vías se realiza mediante peajes de acceso al centro, la extensión de planes de peatonalización o el impulso a las redes de movilidad pública. Aun así, todavía un tercio de los trayectos diarios en las ciudades europeas se hacen en automóviles privados. En Asturias se estima que un 40% de su población opta por esa misma vía. Sólo en el entorno de Gijón se producen 750.000 viajes a diario, 100.000 de ellos son fuera del territorio estrictamente urbano.
"Si queremos ser área metropolitana hay que apostar por el transporte público", defiende Jorge Rodríguez, director técnico de Vectio Ingeniería de Tráfico, una empresa centrada en el negocio de la planificación de la movilidad sostenible. A su juicio, la reciente apertura del nuevo acceso desde la AS-II (la Autovía de la Industria) al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), lo único que ha avanzado es en incentivar el uso del vehículo privado en detrimento del transporte público. "Cada vez llegan más coches al HUCA pero, ¿y los apeaderos de Renfe y Feve?", se pregunta Rodríguez sobre las mejoras de las infraestructuras en torno al nuevo hospital.
Sólo en el entorno del complejo hospitalario de La Corredoria Le sigue el entorno de la Milla del Conocimiento de Gijón, que aglutina el campus universitario, el hospital de Cabueñes, Laboral Ciudad de la Cultura y el Centro de Arte. El tercer punto del Principado con mayor afluencia de vehículos privados se sitúa en el campus ovetense del Cristo y la cuarta posición la ocupa la isla de la innovación, en la ría de Avilés, detalló Radisbunda López.
El modelo Bilbao
Los expertos en movilidad sostienen que para superar esas aglomeraciones de vehículos conviene poner en marcha tres medidas urgentes: unir el HUCA "Bilbao ya apostó hace tiempo por Feve, Renfe y el tranvía", apostilla el director técnico de la ingeniería Vectio, quien no ve descabellado asumir ese modelo habida cuenta de que la capital vizcaína asemeja en habitantes (unos 300.000) a la ciudad de Gijón y su área de influencia metropolitana (800.000 personas) a lo que se sería su homónima asturiana. Jorge Rodríguez recuerda que, desde tiempo de los romanos, cada ciudadano emplea una media diaria de 70 minutos a desplazamientos. "No es lo mismo hacerlo en Sobrescobio que en Nairobi pero todas son formas de movilidad. El problema es que puedes consumir buena parte de ese tiempo en un atasco o hacerlo con eficiencia", continúa el experto al tiempo que advierte de que si el espacio público de las ciudades es limitado y cada vez tenemos "más movilidad y motorización" la obligación es que el vehículo privado ceda a otros agentes: no sólo el peatón, también la bici y el monopatín.
