Los hosteleros asturianos (como los de todas partes) han comenzado en los últimos meses a levantar la voz contra las plataformas en las que los clientes de los establecimientos pueden dejar opiniones sobre sus locales. Estos empresarios aseguran que en no pocas ocasiones los comentarios que se vierten no tienen ningún tipo de rigor. Los hay que van más allá y que aseguran que en no pocas ocasiones detrás de los malos comentarios se esconden personas que en realidad están defendiendo negocios de la competencia o que incluso ni han comido en el local del que se quejan. En este sentido muchos hosteleros contestan a los comentarios negativos en las redes y en no pocas ocasiones exigen que se demuestre que el cliente ha visitado un local en cuestión para poder criticar.

Y es que este tipo de páginas tienen cada vez más aceptación en el público. De la que crece la animadversión de los empresarios aumenta también el uso que los clientes le dan a estas plataformas. ¿Quién no ha consultado las opiniones de un bar o de un hotel antes de reservar para saber si va a encontrarse con una sorpresa? El "boca a boca" en la era de internet ha pasado a este tipo de páginas.

Una sidrería de Gijón contestaba hace unos días al comentario poco afortunado de una persona que había visitado el establecimiento y que se había quejado de cómo realizaban en el local el escanciado de sidra. Una persona que, además, ni tan siquiera había comido en el restaurante.

"Entremos para ver si podíamos cenar pero el aspecto del local nos desanimó. La barra estaba muy sucia y revuelta todo sin recoger y con un aspecto batallero. Personal muy poco profesional con gritos y sudorosos. Echando sidra por encina de los pinchos de la barra. Al final no cenamos por lo que no podemos opinar de la comida pero para el que quiera probar recomiendo pedirlo a domicilio", afirmaba esta supuesta clienta otorgando al local la calificación más baja que permite la plataforma. La respuesta no se hizo esperar.

"Mis empleados son unos currantes natos por lo que te pido que los respetes. ¿Qué la barra estaba revuelta? ¡Por supuesto! ES una sidrería que no para de trabajar desde que abre las puertas. Y más en pleno verano. Entraste en una sidrería típica asturiana no se que esperabas encontrar. Una pena que no probaras la comida. Me duele que con sólo echar un vistazo te sientas con el derecho de descalificar apersonas maravillosas que lo dan todo en su trabajo y que llevan años conmigo, por algo será", concluía la dueña del local.