El protocolo de prevención de suicidios puesto en marcha por la Consejería de Salud del Principado ha atendido a un total de 695 personas entre marzo de 2018 y octubre de 2019. De ellas, 314 ya han recibido el alta y las 381 restantes continúan en proceso de seguimiento.

Estos datos fueron facilitados ayer por el titular de Salud, Pablo Fernández, en el Pleno del Parlamento regional, como respuesta a una interpelación de la diputada de Vox Sara Álvarez Rouco, quien destacó que las cifras de suicidio en Asturias son "alarmantes". En el Principado se registra en los últimos tiempos un promedio de 133 casos anuales. Asturias y Galicia rebasan las tasas medias de España, y se sitúan en el nivel de las estadísticas europeas.

"Hay que invertir y evaluar la eficacia de los programas", subrayó Álvarez Rouco, quien pidió que se cree un observatorio regional y que se externalicen los servicios. El Consejero reconoció que las cifras relativas al suicidio le preocupan. Se trata de la primera causa externa de mortalidad desde 2008 en España.

De otro lado, Pablo Fernández no quiso entrar en profundidades al ser preguntado por Armando Fernández Bartolomé, de Ciudadanos, acerca de la reorganización de las urgencias de atención primaria en el área de Gijón. "El objetivo no es recortar, aunque debe tenerse en cuenta la escasez de profesionales", se limitó a decir el Consejero. Pablo Fernández señaló -como respuesta a la diputada del PP Beatriz Polledo- que este mes de noviembre entrará en vigor el registro de alta disponibilidad para profesionales dispuestos a trabajar en las áreas periféricas de Asturias. Una tarea por la que -entre otros incentivos- los servicios prestados puntuarán el doble.