Las vegas de Pravia amanecieron ayer inundadas por la crecida del río Nalón y se encendieron las alarmas entre los kiwicultores, que se encuentran en plena campaña de recogida del fruto. Los trabajos comenzaron el fin de semana y se paralizaron ayer en muchas fincas, impracticables por la cantidad de agua acumulada. Buen número de ellas están inundadas. "Es una faena muy grande", lamentan los kiwicultores, que confían en que baje el río para poder acceder a las parcelas. Decenas de trabajadores que acudieron ayer a primera hora a sus puestos para recolectar el preciado fruto asturiano, considerado el mejor del mundo, volvieron a casa. Imposible trabajar. La altura del agua llegaba en algunos casos a cubrir casi las ruedas de los tractores.
"Empezamos a recoger el fin de semana y hemos tenido que parar porque está inundada la finca entera. Hasta que no baje el río no se puede entrar porque es un peligro", explicó Alejandro Lechado, de la empresa Kiwinatur. Sesenta trabajadores participan en esta campaña de la firma praviana, que cuenta en Forcinas y Santianes con 35 hectáreas con plantaciones de kiwi, el equivalente a lo que ocupan 35 campos de fútbol. "Por ahora no hemos recolectado ni un diez por ciento. Esperemos que no se haya dañado el fruto. En diez años, nunca me vi en esta situación y los que llevan aquí 40 dicen que tampoco", señala.
Se refiere a que es la primera vez que las vegas se inundan en plena campaña de recogida del kiwi. Lo mismo comentaban ayer en la finca El Llerón, en la vega de Santianes de Pravia, donde la recolección también está parada y a la espera de ver la evolución del río. La crecida no ha podido producirse en peor momento. "No es normal que en esta época del año se produzcan deshielos y que esté lloviendo todos los días. El río no ha entrado con violencia y si entra y sale rápido el daño es menor, pero si el agua se queda más tiempo puede ser tremendo", apuntaron desde El Llerón. Y añadieron: "Tenemos una fruta preciosa, pero no podemos entrar en las fincas. Mañana (por hoy) teníamos previsto incorporar a 20 personas y 16 se vuelven para casa".
Vecinos y empresarios de la zona atribuyen la crecida a la subida de temperaturas de los últimos días que, unido a las persistentes lluvias, ha provocado el deshielo de las primeras nieves. El alcalde de Pravia, David Álvarez, se puso en contacto con los kiwicultores, los damnificados en esta crecida del Nalón. "Parece que el tiempo da una tregua y que vuelven las precipitaciones el jueves por la tarde y el viernes, pero parece que van a ser de nieve en cotas bajas", señaló el regidor con los dedos cruzados.
Los vecinos también están en alerta. Chema López, del bar El Puente Quinzanas, se preparaba para lo peor. "Llevamos aquí seis años y siete temporadas y solo nos libramos el año pasado", dijo en referencia a las inundaciones en su negocio. En 2014 le entró el agua en una ocasión, en dos en 2015, hasta tres veces tanto en 2016 como en 2017, se libró en 2018 pero el pasado enero el Narcea volvió a inundar el bar. "Estamos esperando por la segunda del año. Tememos que la desgracia sea mañana (por hoy) por la mañana", apuntó. Para prevenir, retiró varios electrodomésticos y colocó tablas con espuma en la puerta del establecimiento, para evitar al menos la entrada de barro.
El hostelero y sus clientes alertaron además del avanzado deterioro del puente Quinzanas, que comunica los municipios de Pravia y Candamo. El pilar central sufre un avanzado deterioro y la carretera presenta un importante hundimiento. "Cada año está peor, estuvieron haciendo mediciones y está hundido ya unos 40 centímetros, casi diez más que hace un año. Mira cómo pega en ese pilar el agua cuando baja así de fuerte. Habían anunciado una inversión y sigue sin hacerse", comentaban.
El Alcalde pide que la obra se acometa cuanto antes. "Para nosotros es una actuación de máxima urgencia", señaló David Álvarez. Mientras, los vecinos intentan evitar circular por el puente. Temen que se venga abajo.
Salvada la cosecha de la isla de Soto
La crecida del Nalón no ha afectado por el momento a la recolección del kiwi en la isla de Soto del Barco, donde confían superar las 650 toneladas del año pasado. Para prevenir, están recolectando por las zonas más próximas al río.
