La presidenta de Foro, Carmen Moriyon, ha dado lectura esta tarde a una carta dirigida al exvicepresidente de Foro, Francisco Álvarez-Cascos en la que asegura su dimisión como números dos del partido "llega tarde y mal".

Moriyón sostiene que fue Cascos quien dirigió "la campaña equivocada" de las elecciones municipales y autonómicas. La presidenta de Foro niega que la crisis interna tenga nada que ver con la posición del partido ante cuestiones como la cooficialidad del asturiano o el debate de los Presupuestos regionales para 2020. "No ha habido ningún cambio en la orientación política de Foro respecto a ningún asunto", asegura.

Carmen Moriyón declinó responder a preguntas de los medios. Tras dar lectura a esta carta, momento en el que estuvo acompañada por varios miembros de la directiva y del partido como el exalcalde de Siero, Eduardo Martínez Llosa, entre otros, atendió a los medios el diputado regional Pedro Leal, quien afirmó que en la misiva de la presidenta del partido "hay hechos inciertos" como por ejemplo que Cascos fuera el responsable de la campaña electoral para las municipales y autonómicas.

(Consulta aquí la carta íntegra de Moriyón a Cascos)

Moriyón mantiene que seguirá al frente del partido por si responsabilidad ante los alcaldes y concejales de Foro y para responderte del pago de 300.000 euros por la campaña de las municipales y las autonómicas.

El partido salta por los aires

Los partidarios de la presidenta del partido, Carmen Moriyón, sostienen que no hay batalla política, sino económica: un intento del otro bando por recuperar el control de los dineros de Foro, que perdieron en abril, lo que dejó a Francisco Álvarez-Cascos, que acaba de dimitir como vicepresidente del partido, sin los ingresos que obtenía de esa formación: "Unos 5.000 euros netos al mes en sueldos, que sumados a los seguros sociales, el costo del coche, chófer, gasolina, hoteles y otros gastos incrementaban la cifra hasta cerca de 14.000 euros mensuales", según el alcalde de Peñamellera Alta, José Antonio Roque.

Los seguidores de Álvarez-Cascos defienden, por el contrario, que la lucha es estrictamente política, y que el otro bando pretende echarse "en brazos" del PSOE, en una "deriva general" que "queda demostrada" por su "rechazo a presentarse a las elecciones del 10N para beneficiar a los socialistas", su afán por "pactar los presupuestos autonómicos con el PSOE" y su intento de cambiar la mayoría de la comisión directiva del partido, "tratando de nombrar nuevos miembros por la puerta de atrás", criticó el diputado autonómico Pedro Leal.