Un pescador de unos 60 años de edad falleció anoche en Tapia de Casariego. Un golpe de mar habría arrastrado al hombre cuando se encontraba hacia la mitad del muelle exterior, cuando ya se retiraba, según algunos testigos. La voz de alarma la dio una vecina sobre las 21.30 horas, que aseguró que oyó a hombre pidiendo auxilio y que creyó ver a otro, pero que no estaba segura. Sin embargo, tras la llegada del helicóptero de Salvamento Marítimo “Helimer” se rastreó la zona para verificar que no había más personas. Posteriormente, según el 112, todos los indicios apuntaron a que el pescador se encontraba solo en el momento en que cayó al mar.

El pescador, que según las primeras informaciones residía en Navia aunque al cierre de esta edición aún no estaba confirmado, estaba “al calamar” en el conocido como “muelle de fora”, el dique exterior, del puerto de Tapia. Su cuerpo apareció flotando poco después a la altura del muelle interior, se supone que arrastrado por el mar, y pasadas las 22.30 era rescatado por efectivos de Bomberos.

Jesús Manuel González, aficionado a la pesca, estuvo en la punta del muelle hasta las nueve y media de la noche, aproximadamente. “Yo solo vi una luz, con lo que creo que había una única persona”, afirmó a LA NUEVA ESPAÑA. A esa hora había más pescadores, pero en el muelle interior.

“Hasta las ocho de la tarde se podía estar sin problema. Entre nosotros comentamos que quién sería ese que estaba allí, en el muelle de fora, justo al lado del faro rojo, porque era peligroso y ya estaba empezando a saltar la mar por encima del dique”, comentaban varios testigos a pie de muelle después de que los bomberos rescataran el cuerpo del pescador fallecido y mientras el helicóptero “Helimer” de Salvamento Marítimo rastreaba el mar con sus potentes focos para cerciorarse de que no había más víctimas.

El siniestro causó un hondo impacto y una enorme expectación entre los vecinos de Tapia de Casariego porque “no suele haber accidentes de este tipo aquí. No se recuerdan”, aseguraban. También coincidían en que el oleaje “lo tiró a mitad de muelle, cuando ya estaba de vuelta”. El hombre, al parecer, tenía el coche aparcado en la punta del muelle. “Debe ser el suyo, porque es el único extraño”, indicaban los testigos del dramático accidente de anoche.