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El pequeño comercio se suma a regañadientes a los descuentos

"No sirve para nada, hoy tuvimos mucha gente, pero llevamos varios días parados", critican los negocios de la región

Un comercio de Oviedo, con un cartel contrario al Viernes Negro. M. L.

A pesar del llenazo de las calles, muchos pequeños comercios asturianos se sumaron a esta campaña de descuentos del Viernes Negro a regañadientes. Las asociaciones de comerciantes de la región aseguran que durante estas últimas semanas el consumo en Asturias ha estado prácticamente frenado. Con los dependientes cruzados de brazos tras el mostrador. La imagen contrasta con la de ayer, en la que la afluencia fue masiva. Tremenda. Faustino Chanca, de Bernardo Boutique, asegura que "nosotros hacemos descuentos desde que estas campañas empezaron, pero antes con más ilusión que ahora. Ahora nos dejamos llevar por el río mediático". El bombardeo durante estos días ha sido más bien un asedio. Los grandes grupos de distribución incluso han adelantado varios días estas rebajas para tratar de atraer clientes lo más pronto posible.

De hecho, entre el pequeño comercio había algunas pequeñas resistencias. Algunos establecimientos -los menos- de la región se negaban a sumarse a esta moda de los descuentos. "No sirve para nada", reconocía un comerciante. Pero eran una clara minoría entre los enormes carteles negros del Black Friday -siempre con el anglicismo, casi ninguno utilizaba el término en castellano- que anunciaban enormes descuentos en el resto de los escaparates.

Pero, la pregunta es: ¿funciona realmente el Viernes Negro para aumentar las ventas? El que responde es el propio Chanca. "Para el textil funcionaba mejor antes, ahora está más orientado a la tecnología, a otro tipo de consumos", argumenta, "hoy tenemos bastante gente, pero el día anterior no había nadie y anterior tampoco. Va a ser lo comido por lo servido". De hecho, este año las asociaciones de comerciantes ya han hecho poca promoción de esta campaña de descuentos. Paradójicamente, parece que mientras que los pequeños establecimientos van perdiendo interés en esta fecha, los clientes lo van ganando.

No obstante, pese a la orgía de consumo que vivieron ayer las calles y los centros comerciales de la región, los comercios esperan que la de este año sea una buena campaña de Navidad. Al menos, que sea lo suficientemente buena como para conseguir paliar algo la caída de las ventas que se han venido registrando durante este otoño. De hecho, la facturación del comercio minorista va a la baja, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE). Pero el Viernes Negro y la campaña de Navidad amenazan con revertir esa situación.

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