La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La inversión sube, pero su peso en las cuentas es el tercero más bajo de la década

La partida absoluta remonta y se convierte en la segunda más alta desde 2012, pero aún representa menos de 77 céntimos de cada diez euros de gasto

La inversión sube, pero su peso en las cuentas es el tercero más bajo de la década

Hace tiempo que los Presupuestos del Principado nacen amarrados. Son los "pies forzados" de los que hablaba este fin de semana el vicepresidente del Gobierno o las condiciones de la "realidad compleja" que ayer mencionaba el Presidente. El volumen global del proyecto de cuentas autonómicas para 2020 culmina la remontada y vuelve a los niveles previos a la crisis, pero arrastrando el lastre de los compromisos que quedaron para después de la crisis. Los 4.757 millones de euros del proyecto aprobado el jueves superan por primera vez el techo de 4.600 que marcó 2010, pero estos millones apenas se parecen a aquellos. Estas cuentas incrementan las de 2019 en 233 millones, pero desde algunos sectores, sobre todo los empresariales, se les cuelga la misma etiqueta crítica de poco inversoras.

Eso es porque la inversión llamada "productiva", la del gasto puro o generador de actividad económica, se eleva en doce millones en un proyecto que crece en 233. O porque su ascenso es del 3,3 por ciento en un proyecto cuyo volumen global progresa un 5,15. O porque como consecuencia, el peso relativo de la inversión decae algo más de un punto, pasa del 7,8 por ciento del total que representaba en el diseño aprobado el año pasado al 7,69 de éste y consume menos de ocho euros de cada cien.

Dicho de otro modo, esas obras y proyectos de dinamización económica por las que tanto claman los empresarios se llevan una cantidad más alta que hace un año en números absolutos, pero que pesa menos dentro del conjunto global y pasa de comprometer 78 céntimos de cada diez euros de gasto a casi 77. Su cifra desnuda es la segunda más alta desde 2012, pero el porcentaje respecto al total del dinero disponible es el tercero más bajo de todos los Presupuestos de esta década, sólo por detrás del 7,3 por ciento que representaba esta partida en los proyectos para 2016 -que decayó por falta de apoyo- y 2017. Pasa porque hay "pies forzados", manos atadas y compromisos que hay que atender "sí o sí", como ayer señalaba en su defensa el presidente del Principado. Adrián Barbón invitaba a sacar la calculadora para tener en consideración que en estas cuentas hay obligaciones ineludibles que por ejemplo tenían que subir en 103 millones de euros la partida de personal, "en torno a cien la de la deuda, porque los vencimientos hay que pagarlos, y hay 193 millones de inversiones plurianuales ya decididas. "Vayan haciendo la suma y sale la complejidad de la gestión del Presupuesto".

También recuerda que si en el entorno del cambio de la pasada década a ésta había niveles de inversión frisando los mil millones de euros era entre otras razones porque entonces Asturias tenía la condición de "región receptora neta de fondos europeos". De entonces ahora, incluida la travesía por lo más crudo de la crisis, la factura del personal también ha engordado en cerca de trescientos millones de euros.

El gasto social, el resumen de la suma de las inversiones en educación, sanidad y servicios sociales, destino de casi siete de cada diez euros del desembolso total del Presupuesto, experimenta una evolución similar a la de la inversión, aunque se mueve en magnitudes mucho más altas. Crece notablemente en términos absolutos, tanto que reserva para 2020 114 millones de euros más que para 2019 y si sale adelante hará de 2020 el ejercicio de mayor gasto social de la historia, pero su peso relativo desciende un punto, del 68 de 2019 al 67 por ciento. Todavía es éste, no obstante, el cuarto proyecto presupuestario de la década que más proporción de su cuantía global destina a las partidas denominadas "sociales".

Compartir el artículo

stats