La familia de Alfredo Suárez, el hombre asesinado en el establecimiento Brico Cook de la calle Coronel Bobes, en el barrio ovetense de Ciudad Naranco, el 11 de noviembre de 2010, ha roto su silencio tras nueve años sin pronunciar públicamente una palabra sobre el asunto con el fin de dejar todo en manos de los investigadores.

Ha sido la muerte del único detenido por el violento asesinato por una ingesta masiva de pastillas en la cárcel de Asturias el hecho que ha motivado el pronunciamento de la familia a través de un comunicado firmado por la hija del fallecido Vanesa Suárez.

En el mismo muestran su "indignación" por la muerte del único encausado por el asesinato y expresan su temor a que con su fallecimiento se dé carpetazo a un caso que todavía arroja muchas "dudas" e interrogantes.

Este es el comunicado íntegro de la familia:

La familia de Alfredo Suárez, después de nueve largos años de silencio, hemos confiado en la justicia y las instituciones para conocer la verdad sobre el asesinato de mi padre. Tras la noticia del fallecimiento del presunto asesino, Raúl Fernández, por causas no aclaradas, en la cárcel de Villabona, el pasado sábado 7 de diciembre, queremos mostrar públicamente nuestra sorpresa e indignación ante esta situación y puntualizar algunas cuestiones que consideramos importantes.En primer lugar, nos sentimos profundamente sorprendidos como ciudadanos por el funcionamiento del sistema penitenciario, que no haya podido garantizar la seguridad de un recluso acusado de un presunto asesinato antes de que pudiera ser juzgado.El presunto asesino nunca fue juzgado por este caso, nunca reconoció su delito, ni tampoco su presencia en el lugar de los hechos, a pesar de que las pruebas existentes le situaban en el lugar del asesinato. No hubo confesión, y siempre negó su implicación a pesar de evidencias. Entre las muchas dudas que no ha aclarado la investigación está conocer si estaba acompañado en el lugar del trágico suceso. Detalles tan importantes y sorprendentes como que se limpiaran todas las huellas en el lugar del crimen o la insistencia de dar por hecho que se trataba de un robo cuando se encontraron pertenencias de valor en la taquilla de la víctima después de haber sido forzada, quedan ahora en el aire y sin una explicación clara.Mi padre, Alfredo Suárez, no fue ebanista. Trabajó durante toda su vida en la rama del automóvil, primero en la empresa Seat y más tarde en Renault, en ambos casos con responsabilidades en las oficinas de ambas compañías. A falta de dos años para su jubilación, cerró la empresa donde trabajaba y es entonces cuando inicia su actividad en BricoCook, empresa propiedad de su primo Enrique Suárez, donde fue asesinado de forma violenta el 11 de noviembre de 2010. A los pocos días del asesinato, la empresa BricoCook cerró su local en Oviedo sin previo aviso.La familia de Alfredo Suárez nos hemos prestado a colaborar en todo lo posible con la policía durante este tiempo, a pesar de la sensación de frustración sobre una investigación que no encontraba respuestas a la mayoría de las preguntas que se plantearon desde aquel fatídico y desdichado 11 de noviembre.Para concluir, es posible que la muerte de Raúl Fernández sirva a la justicia y a los que han intervenido en la investigación para dar por cerrado el caso del asesinato de mi padre, Alfredo Suárez. Para la familia, el caso seguirá abierto a falta de mayores certezas o pruebas con las que superar el doloroso trance.Vanesa Suárez, hija de Alfredo Suárez