Antonio Fernández Cano (1952, Almería) es catedrático del departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la Universidad de Granada. Estuvo ayer en Oviedo como miembro del jurado de la tesis de la matemática Sara Álvarez.
- Es crítico con el informe PISA...
-Creo que tiene sus limitaciones y deficiencias, sobre todo, de carácter metodológico y logístico. PISA no es la biblia de la educación y seríamos muy ingenuos si le hiciésemos todo el caso del mundo, pero también seríamos muy torpes si no le hiciésemos ningún caso. En PISA hay que estar, porque hay que estar en las evaluaciones internacionales. Sin embargo, que España haya bajado seis puntos en competencias matemáticas y científicas no significa que nuestro sistema educativo sea un desastre; eso es una exageración. Mi lema es: PISA sí, "ma non troppo" (pero no demasiado).
- ¿Cuáles son esas limitaciones metodológicas y logísticas?
-Hay problemas muestrales, en el diseño, en la validez de los instrumentos de medida, en malinterpretaciones que se hacen de los hallazgos...
- ¿Podría poner un ejemplo concreto?
-PISA emite una puntuación en una escala americana que tiene media 500 y desviación típica 100. Esa escala lo único que hace es magnificar las diferencias, y a veces las diferencias son muy pequeñas. Lo que pasa es que si hago la trampa de hacer una escala de ampliación, entonces las diferencias parecen mayores. Otro problema es que las interpretaciones se toman demasiado en serio y PISA lo único que ofrece son tendencias. En el ranking de universidades Shanghai encontramos deficiencias metodológicas similares.
- ¿Qué podemos aprender de PISA?
-El informe tiene algo muy positivo: trata de ver qué factores son determinantes en el aprendizaje del alumno. Enfatiza, por ejemplo, en el estatus socioeconómico de la familia, en contra de la tradición investigadora de la Escuela de Chicago. Lo que sí es importante, según PISA, es la implicación de las familias en la educación de sus hijos. Hay que preocuparse por las tareas de los chicos y echar un rato con ellos. Tampoco es estar hasta las doce de la noche haciendo deberes, pero sí media hora o una hora. Un caso llamativo y del que podemos aprender es Polonia, que es el mejor país europeo en el informe; antes era Finlandia. Yo estuve en la Universidad de Cracovia y comprendes muy bien por qué los chicos sacan tan buenos resultados: porque todavía tienen una tradición de trabajo disciplinado y hay mucha implicación de los padres.
- España todavía no ha recibido los resultados de la prueba de comprensión lectora al detectarse "anomalías".
-No sabemos lo que ha pasado. Ese es otro problema que tiene PISA, que aparte de las dificultades metodológicas, las hay también logísticas. Y luego la información que da la OCDE es muy poca. La opacidad, de todas formas, también proviene de los gobiernos estatales y regionales.
