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Una maestra de Piloña implicada con las familias, entre los diez mejores del país

"Los padres y la escuela tienen que ser uno", afirma Susana de Iscar, que aspira por segundo año al primer premio de un concurso nacional

Susana de Iscar, en una clase de Infantil en el colegio L'Ablanu de Infiesto. LNE

Tratar a los alumnos como hijos, ser empática con las familias y trabajar en equipo. Esas son las recetas de una de los diez mejores maestros de Educación Infantil del país, según un concurso nacional: Susana de Iscar Martínez. La profesora del colegio público L'Ablanu de Piloña, en Infiesto, aspira por segundo curso consecutivo al premio "Mejor Docente de España 2019", que Abanca fallará en Santiago de Compostela el próximo 29 de enero. Para De Iscar, la mayor satisfacción de este galardón es haber sido propuesta por las familias del centro. Asegura que "los padres y la escuela tienen que ser uno" y que las puertas de su clase siempre "están abiertas". "Los niños ganan en seguridad y en confianza con la participación de las familias en las tareas escolares", defiende.

A los prestigiosos premios Educa Abanca se presentaron este año en la categoría de Educación Infantil 131 maestros. Hubo una primera selección, en la que quedaron 22 candidatos, y otra final, con 10. Uno de ellos es Susana de Iscar, madrileña aunque afincada en Asturias desde hace 17 años, y que el pasado curso quedó a las puertas de la gran final. "Es un reconocimiento firme a la labor que hacemos los profesores de los más pequeños. Muchas veces no se nos asocia al aprendizaje como en etapas superiores, porque lo hacemos a través del juego", señala. De Iscar lleva 8 años dando clases en el L'Ablanu de Piloña. Antes pasó por centros de Cangas de Onís, Arriondas, Ribadesella y Gijón.

Para esta profesora, firme defensora de la educación sin libros y por proyectos, la profesión ha mejorado "en todo lo que tiene que ver con la tecnología y la comunicación" y, sin embargo, ha empeorado en "las competencias de los órganos de gobierno de los centros".

"La llegada de la LOMCE fue un varapalo porque se perdieron muchos avances en aspectos que afectan al día a día del docente, sobre todo, en cuanto a la dinámica de los centros. A pesar de la existencia de órganos de gobierno, los centros no son tan democráticos como parecen, las decisiones finales las toman los equipos directivos y depende del talante de los directores ser un centro más o menos democrático", valora.

A las futuras generaciones de docentes, Susana de Iscar pide, ante todo, vocación y motivación. "Es una profesión preciosa, cada criatura te va dejando una pequeña huella en el corazón, y con el paso del tiempo vuelves la vista atrás y te das cuenta de lo bonito que es ser maestra de Infantil", manifiesta. La profesora madrileña, de 44 años, intenta implicar siempre que puede a las familias en sus clases, ya que considera que así se potencia la autoestima de los pequeños. "Aquí vienen a enseñar en qué trabajan, a mostrar sus mascotas... Siempre les digo que si tienen alguna propuesta que lo digan", concluye.

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