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Una "renta básica" por los beneficios que crea la actividad rural

El qué hacer es pues aún un concepto abstracto, pero bien armado en su concepción teórica. Habla Izquierdo de conservar produciendo, de salvar al campo mediante la actividad económica, también del tendido de puentes entre la cultura agraria tradicional y la posindustrial o de la redefinición de las relaciones entre los mundos urbano y rural del futuro y entre "la ciudad agropolitana" y "la aldea cosmopolita", que dan título juntas a su libro más reciente. Es hacer ver que se puede ver lo mismo de otra manera, y que sería además de posible rentable. Se parte de considerar como punto de partida la economía agraria de siempre y "la cultura campesina" como base de la actualización que debe encontrar "una nueva funcionalidad" para la "economía aldeana posindustrial".

En la versión anterior, profundiza, "había dos pisos, una producción alimentaria que podríamos llamar 'de soberanía' o 'de autoabastecimiento', y un ligero excedente que permitía vender en el mercado, monetizar y 'comprar lo que no tengo'". En la nueva, esos dos pisos se reforman e incluso puede añadirse un tercero.

De entrada, "si puedo producir mi propia energía y tengo un cierto nivel de autoabastecimiento alimentario, ya voy bien. Luego, además, puedo producir con calidad y tengo muchas más posibilidades de venta que antes. De vender en la villa hemos pasado a que internet te faculte para vender cualquier cosa en cualquier sitio".

Hay herramientas y están a la vista, un ejemplo "el yo me quedo porque pertenezco a este paisaje" de la agresiva campaña publicitaria con la que se promociona estos días la recientísima plataforma "Correos Market", desde la que la empresa pública pretende especializarse en la distribución de la producción artesanal y local.

El "tercer piso" de "nueva funcionalidad económica" del campo a la que alude Izquierdo dibuja un eventual aliciente más en forma de la posibilidad de "una prestación por servicios agroecológicos. Si apago incendios antes de que se produzcan, si mantengo el paisaje que visitan los turistas, estoy produciendo unos servicios agrosistémicos que tal vez deben ser retribuidos. Puede existir una renta básica? A lo mejor me interesa dedicarme a ser aldeano", apunta el Comisionado. "¿Hasta qué punto puede ser atractivo? vamos a verlo".

Y si todo esto requiere de una redefinición de las relaciones económicas y culturales entre el campo y la ciudad, de eso también hay ejemplos. El francés Yves Champetier, referente del desarrollo rural y exdirector del Observatorio Europeo Leader, deja en el prólogo del último libro de Izquierdo alguna pincelada sacada de su realidad próxima: en Francia operan, explica, los "contrats de réciprocité" para desarrollar los vínculos de las grandes ciudades con las zonas rurales circundantes. En Montpellier, donde vive, se articulan "en torno a un pacto territorial alimentario" y un enfoque para promover el consumo de productos locales, pero hay otras muchas fórmulas.

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