Los adolescentes asturianos tienen mucho que mejorar en hábitos de salud. El último informe "Health Behaviour in School-Aged Children" (HBSC), auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social de España, revela que flaquean en materias como el deporte, la alimentación y el sueño, y que no consiguen mantenerse todo lo alejados que debieran del alcohol, el tabaco y otras drogas.
En España, para redactar este estudio de hábitos que se publica cada cuatro años, se entrevistó a 40.495 adolescentes de entre 11 y 18 años. En Asturias, en esta última edición participaron 1.819, de los que el 51,9 por ciento eran varones. El 58,6 por ciento de encuestados en Asturias reconoció que no realiza ninguna actividad física fuera del horario escolar; poco más de la tercera parte, el 38,8 por ciento, come fruta a diario y el 40,2 no desayuna. A la hora de dormir, entre semana se quedan por debajo de las 8 horas recomendadas; los fines de semana recuperan y llegan a 8,47.
No destacan por sus hábitos saludables, más bien lo contrario, pero hay que reconocerles que no son dados a los excesos. Solo el 16,4 por ciento dice comer dulces a diario, el 21,9 bebe refrescos y el 22,6 consume bebidas energéticas diariamente. El 19 por ciento sufre sobrepeso u obesidad. En lo que obtienen mejor nota es en higiene dental: el 74,5 por ciento se cepilla los dientes más de una vez al día.
El estudio también pregunta a los adolescentes, a partir de los 15 años, por las drogas. El 30 por ciento admite haber tomado alcohol durante los 30 días previos a la entrevista, el 10 fumó tabaco y el mismo porcentaje consumió cannabis, el 18 por ciento fumó en cachimba.
Las relaciones con los amigos son las que más valoran, seguidas de las familiares. Los más pequeños disfrutan más del colegio: al 42 por ciento le gusta mucho; a partir de los 13 años solo el 24,2 por ciento dice lo mismo. En general, los adolescentes asturianos son felices: solo el 5,8 de los chavales dijo experimentar un sentimiento de soledad más o menos permanente y el 9,4 reconoció estar triste.
