Los republicanos asturianos rindieron ayer tributo en Oviedo al general Riego, "el exponente de la mejor Asturias", como lo calificó Leopoldo Tolivar Alas, catedrático de la Universidad de Oviedo, que participó en el acto celebrado a la una de la tarde en la estatua en recuerdo del militar de Tuña (Tineo) que se levanta en la plaza que lleva su nombre en el centro de la capital asturiana.

Medio centenar de personas acudieron a la llamada del Ateneo Republicano de Asturias para honrar a Riego el día que se cumplían 200 años de su levantamiento, junto al regimiento "Asturias", en Cabezas de San Juan (Sevilla), contra el absolutismo del "rey felón", el Borbón Fernando VII.

El gaitero de Carabanzo, Eliseo Quiñones, fue el encargado de abrir el acto interpretando, cómo no, el himno de Riego, composición que sonaría en otras dos ocasiones. Tras la gaita tomó la palabra Alejandro Villa Allande, presidente del Ateneo, que insistió en que la acción de Riego en Cabezas de San Juan "no fue un golpe, fue una sublevación por la libertad, la democracia y contra la tiranía de Fernando VII". Villa Allande recordó que el movimiento de Riego no era anticonstitucionalista, sino contra el rey, y trajo a la actualidad a dos mujeres que en 1808 lucharon por los mismos ideales. "En la cercana calle Altamirano", relató el presidente, "tuvo lugar el momento fundacional de la soberanía popular española". Asturias se levantaba contra la invasión francesa y allí estaban "dos heroínas", Joaquina Bobela y María Andallón. Ante un bando que condenaba a muerte a quien no colaborase con el invasor, María Andallón gritó: "Abajo el imprimido" y aquello fue el inicio del levantamiento contra los franceses que habían ocupado estas tierras.

Esas hazañas, esa defensa de la independencia española y de la Constitución de 1812 fue lo que se celebró ayer en Oviedo y lo que se volverá a hacer el próximo día 15 en la Junta General del Principado con una conferencia del profesor universitario Francisco Carantoña.

La defensa de esa libertad que está en la base de la Constitución de 1812 fue lo que llevó a Riego a levantarse contra Fernando VII, "en una valerosa y arriesgada acción", en palabras de Tolivar Alas. Un acción que aún se reivindica en Oviedo.