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El HUCA celebra el récord de trasplantes renales: "Es un éxito de todo el hospital"

Los 84 recambios de riñón realizados el año pasado marcan un ritmo sin precedentes l "Poder orinar es una vida nueva", subrayan los pacientes

Trasplantes, un regalo de vida: Asturias cierra el año con cifras récord de trasplante renal

Trasplantes, un regalo de vida: Asturias cierra el año con cifras récord de trasplante renal

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Trasplantes, un regalo de vida: Asturias cierra el año con cifras récord de trasplante renal Pablo Álvarez

-¿Cómo te encuentras?

-Buf, mucha felicidad. Poder orinar es una vida nueva.

¿Cuántas veces ha considerado usted la enorme fortuna que significa hacer pis sin mayores dificultades? José Luis García Álvarez ha estado mucho tiempo añorando esta posibilidad. Este vecino de Carbayín Alto (Siero), de 58 años, anda por el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) agarrado a su bolsa de orina casi como si fuese un tesoro. Fue diagnosticado de insuficiencia renal hace unos 35 años. Estuvo sometido a diálisis en los últimos tres años y siete meses. El pasado martes, último día del año 2019, por la mañana, le fue implantado el riñón de una mujer joven fallecida en Lérida. Transcurridas poco más de 48 horas, ya puede responder tranquilamente a las preguntas de LA NUEVA ESPAÑA:

-Estoy muy contento, y encantado de lo que han hecho conmigo los profesionales del HUCA. Eso no hay oro que lo pague.

El recambio de riñón de este cocinero sierense fue el último de un año de récord en Asturias: 84 trasplantes renales en 2019. Muy por encima de los 78 alcanzados en 2018 y de los 72 de 2017, que también marcaron en su día cotas sin precedentes. En el Principado, todos los trasplantes de órganos se llevan a cabo en el HUCA.

"Es una cifra muy buena. Ante todo, porque supone 84 pacientes menos que tienen que estar en hemodiálisis, que pueden hacer una vida más normal sin ataduras a una maquina, que tienen mejor calidad de la vida", subraya Dolores Escudero, coordinadora autonómica de trasplantes. La especialista en medicina intensiva hace hincapié en que se trata de un éxito colectivo. "Hay que destacar el gran trabajo de todo el equipo de trasplantes, empezando por los profesionales que llevan el trasplante renal", señala. Y enumera las especialidades involucradas: nefrólogos, cirujanos, anestesistas, enfermeras, servicios complementarios... En definitiva, un balance tan positivo "es un éxito de todo el hospital, fruto de una trayectoria de trabajo continuado".

El promedio de espera de los trasplantados de riñón en Asturias es de algo más de nueve meses y medio. En este marco global, existe una notable disparidad: desde un día hasta más de un año, debido a razones de histocompatibilidad, es decir, de que el órgano disponible sea o no compatible con su potencial receptor.

En el momento actual, alrededor de un centenar de enfermos renales asturianos están a la espera de un nuevo riñón. De ellos, unos treinta no podrían ser intervenidos ahora mismo por diversos motivos. "La lista de espera es bastante estable, por eso tenemos que seguir trabajando", asevera María Luisa Suárez, una de las nefrólogas del HUCA que se responsabiliza del seguimiento de los enfermos renales antes y después del reemplazo del riñón. "El trasplante significa un cambio total de calidad de vida, y esto tiene que animar a los pacientes que están en lista de espera", agrega la doctora Suárez.

José Antonio López Otero, de 63 años, vecino de Oviedo, corrobora esta valoración. Fue trasplantado el pasado 4 de diciembre, y permaneció hospitalizado hasta el día 10. Hasta ese momento, había estado 15 meses en diálisis peritoneal. "De momento, todo me ha ido estupendamente, mejor imposible. Vengo al hospital un par de veces por semana a hacer analíticas y consultas con el equipo médico. Noto más libertad. Mi régimen de comida era muy estricto y limitante, y eso ya se ha abierto un poco, lo cual también facilita las cosas a mi mujer. Cada día me siento más fuerte: ya salgo, camino, me encuentro muy bien...", sintetiza este veterinario que ejerce como inspector de la Consejería de Salud del Principado en industrias alimentarias.

Al igual que su compañero sierense, José Antonio López hace énfasis -hasta derramar lágrimas de emoción- en el trato que le dispensan en el HUCA, "desde los médicos hasta los celadores y el personal de limpieza". Y remarca su gratitud "a los donantes y a sus familias, a quienes toca decidir en momentos muy complicados". Una vez superada la convalecencia, aspira a retornar a su actividad laboral: "Volveré a trabajar; además, los médicos me recomiendan retomar la normalidad".

El urólogo Miguel Hevia es el cirujano jefe de los trasplantes de riñón. Destaca el incremento de la actividad registrado en los últimos años. "Ha aumentado el número de donantes en asistolia, una técnica que pondremos en marcha este año", explica el especialista. Dolores Escudero, coordinadora autonómica de trasplantes, confirma que "estamos ultimando el protocolo" de este procedimiento, que consiste en extraer los órganos del donante en situación de parada cardiorrespiratoria. Asturias es la única comunidad autónoma que aún no ha implantado esta técnica.

Miguel Hevia pone el acento en "la generosidad de los donantes y el trabajo en equipo". Asimismo, expone que, como norma general, en toda España ha disminuido el trasplante de riñones provenientes de donante vivo, pese a lo cual "seguimos pensando que es el ideal, porque se trata del mejor riñón que podemos ofrecer".

Lucía Sobrino, nefróloga del equipo que sigue a los enfermos renales antes y después del recambio de riñón, puntualiza que "la mayor parte de los trasplantados llevaban bastante tiempo en diálisis". Esta especialista tiene bien experimentado que el implante de un nuevo órgano supone "un cambio sustancial en la vida de los pacientes" y que su calidad de vida "mejora de modo muy significativo". ¿De qué modo? "Se sienten mejor, menos cansados, pasan a una dieta menos estricta, pueden llevar una vida activa, trabajar, andar en bicicleta...". En pocas palabras, "vuelven a disponer de su vida", afirma la doctora Sobrino.

Benjamín Otero, enfermero, forma parte del equipo de coordinación de trasplantes desde hace 23 años. "Lo conseguido el año pasado es un mérito del sistema sanitario y de una sociedad solidaria", diagnostica. Y añade: "Asturias siempre tiene un nivel bajo de negativas de los familiares de los donantes, y eso es importante".

En efecto, es importante, y hasta decisivo, para que personas como José Luis García Álvarez disfruten de nuevo de ese placer tan subestimado por la mayoría de los mortales como es orinar sin mayores problemas. "Es imposible empezar el año de mejor manera", relata. Y eso merece ser proclamado a los cuatro vientos.

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