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PSOE y Podemos esquivan la oferta de IU para hablar de un Gobierno de coalición

La formación morada "sigue tendiendo la mano", pero reprocha al Ejecutivo su "escaso interés" en debatir l Los socialistas guardan silencio

Lorena Gil, portavoz de Podemos, y Adrián Barbón. LUISMA MURIAS

Al otro lado de la oferta hay silencio o manos tendidas entre recriminaciones. La invitación de IU a una "mesa de diálogo" que explore en Asturias la posibilidad de un Gobierno de coalición que siga en Asturias a la estela del pacto estatal entre el PSOE y Unidas Podemos no encontró ayer en las dos fuerzas interpeladas más que la respuesta de un mutismo revelador o la de una persistencia en el discurso del reproche al adversario. Mirando para otro lado, o cada uno para el suyo, ni el Gobierno ni la Federación Socialista Asturiana ni la dirección regional de la formación morada, ni los que hablaron ni los que callaron hicieron ayer gesto alguno que pueda hacer intuir una voluntad firme de contribuir al deshielo de unas relaciones profundamente deterioradas.

El silencio socialista fue absoluto en público. Nada. Podemos sí respondió, pero esquivando toda referencia expresa a la oferta de diálogo a tres bandas de cara a un posible Ejecutivo compartido y dejando a cambio la batería adicional y ya habitual de reconvenciones al Gobierno y al PSOE. La formación morada, dice su secretario general, Daniel Ripa, "sigue tendiendo la mano y planteando lo mismo, nuestras propuestas siguen la estela de esperanza que se ha abierto a nivel estatal y el diálogo es la base desde donde avanzar"

A su juicio, eso sí, "la enseñanza del acuerdo nacional es que no se puede hablar de gobiernos sin hablar de propuestas", y aquí vienen las amonestaciones. "Hay decenas de medidas pactadas por Pablo Iglesias y Pedro Sánchez sobre las que llevamos pidiendo consenso desde 2015 y nos gustaría hablar de ello. En esta legislatura hubo escaso interés por parte del gobierno en discutirlas, se prefirió un gobierno de gestos sin sustancia". Reincidiendo en el discurso de los días anteriores, volvió sobre la gratuidad de la enseñanza infantil y universitaria, el dentista en la sanidad pública, las listas de espera y "un frente asturiano que busque soluciones para suprimir el peaje del Huerna o evitar el desmantelamiento de las cercanías con inversiones y transferencia de las competencias sobre la antigua Feve".

Invita a hablar de contenidos concretos y mientras vuelve sobre los "pecados originales" de una legislatura que a los ojos de Podemos empezó mal, aceptando partir el Grupo Mixto para dar "un millón de euros a Vox", reprueba otra vez el "esperpéntico acuerdo presupuestario". "Elegir a Foro y a Ciudadanos", abunda Ripa, "es votar en contra del pacto de Unidas Podemos con Pedro Sánchez".

De palabra, tampoco el PSOE se cierra al diálogo. De obra, la norma es también el reproche al adversario. El mutis de ayer ignora la oferta para que Asturias deje de ser la excepción a la sintonía política entre el PSOE y Podemos allí donde ambas fuerzas se necesitan. Asturias es en este terreno aun más diferente desde que los socialistas y los morados también se entienden en la política estatal y han suscrito su pacto para compartir el Consejo de Ministros. El del Principado es el único Gobierno en minoría, incluidos los autonómicos y puede que pronto el del Estado, donde el PSOE manda sin el respaldo de Podemos.

La oferta que IU lanzó con el año nuevo concibe el acuerdo nacional como un punto de inflexión que "trastoca la realidad política" e incluye una llamada de atención para que las izquierdas abandonen sus "trincheras" en Asturias. Ese ciclo ha pasado, dijo el miércoles el coordinador en funciones de la coalición en Asturias, Alejandro Suárez, que instó a sus dos interlocutores a hacer un esfuerzo materializado en una mesa de diálogo que articule la negociación alrededor de los tres grandes problemas de la región -la emergencia industrial, la reforma de la Administración y la despoblación- y plantee para la primavera la posibilidad de una alianza en el Gobierno.

No le dijeron que no, directamente ignoraron el guante y la mano tendida. De puertas afuera, nadie aflojó la tirantez. Ni antes ni después de que en Madrid Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firmaran su acuerdo de Gobierno dejaron en Asturias de silbar las balas de una trinchera a otra. Esa coincidencia entre la escenificación de la sintonía en el Congreso con la enésima representación verbal de la guerra abierta en el Principado es la mejor prueba de que Asturias es una excepción en las relaciones de las izquierdas. Más o menos a la hora que sus matrices nacionales pactaban en Madrid, PSOE y Podemos se tiraban en Asturias el acuerdo a la cara: en un insólito ejercicio de lectura dispar del mismo texto, sostuvieron los morados que entre los compromisos adquiridos por Sánchez hay medidas rechazadas por los socialistas en la negociación presupuestaria asturiana y la FSA, que lo que contiene en realidad el convenio son las ofertas que ellos propusieron y Podemos rechazó.

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