La Junta es un ecosistema inhóspito para los independientes. De los tres diputados que tras las elecciones de mayo llegaron al parlamento como outsiders de la política y sin el carnet del partido entre los dientes ya sólo queda una. Los primeros seis meses de la legislatura se han llevado por delante a Juan Vázquez, exrector de la Universidad y cabeza de lista de Ciudadanos, y el pasado lunes a la investigadora Ana Coto, compañera de bancada y de aventura política que anunció su dimisión en desacuerdo con la orden del partido naranja de obligar al grupo parlamentario a virar el sentido del voto que había consensuado para dejar pasar el Presupuesto de 2020.
El significativo gesto de una diputada independiente, la única sin sueldo de la junta, que oprime el botón de la abstención, rompe la disciplina impuesta desde Madrid y se va lleva implícita una invitación a la reflexión y ejemplifica la huida descorazonada de los "fichajes" externos que venían a la política a aportar experiencia, conocimiento y otras formas de hacer y que han terminado por sentirse incómodos en el escaño.
En sólo medio año se han ido así los dos independientes de la formación naranja, aduciendo razones similares de incomodidad con las directrices del partido. Se marcharon ellos y rehusó una tercera: Ana Rosa Fonseca, profesora de Economía Financiera, ocupaba el número seis de la candidatura naranja y estaba llamada a haber sustituido a Vázquez, pero dadas las circunstancias renunció.
Las dimisiones y rechazos de un arranque de legislatura políticamente inestable ya suman cuatro: los tres de Ciudadanos y la de Carmen Moriyón, cabeza de lista de Foro. Ciudadanos, con cinco escaños, ha hecho correr su lista hasta el número ocho y no le quedan independientes. De éstos sólo sigue en la Junta Celia Fernández. La expresidenta de Cruz Roja es la única superviviente en un parlamento copado ya casi completamente por los políticos militantes. PSOE, Ciudadanos y Podemos partían con aspirantes independientes en sus listas y el morado era el partido con más, diez, pero ninguno llegó al hemiciclo: todos concurrían por debajo del número seis.
