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Un inventor de dispositivos de pequeño tamaño aplicados a la detección de enfermedades

Agustín Costa, catedrático de Química Analítica de la Universidad de Oviedo, falleció el pasado 18 de noviembre, a la edad de 70 años, a causa de un cáncer. Catalogado por sus colegas de muchas universidades como "un excelente investigador y emprendedor", a lo largo de su trayectoria atesoró un brillante currículum: publicó más 230 trabajos en revistas internacionales, dirigió 26 tesis doctorales, registró 15 patentes...

El profesor Costa destacó, ante todo, por su inventiva para trasladar conocimientos de laboratorio a la vida real y, en particular, al campo de la salud y la biotecnología. Partiendo de los tubos de ensayo, fundó cuatro empresas ("spin off"): Dropsens, Micrux Fluidic, Health Sens y NanoVex. Algunas de ellas han ido creciendo y atrayendo importantes inversiones para lanzar productos a nivel mundial. Estas compañías, de fuerte componente tecnológico, sirvieron al grupo del catedrático para desarrollar, producir y comercializar sensores electroquímicos capaces de detectar enfermedades muy frecuentes, como alzhéimer (dispositivo que es objeto de la reciente publicación), celiaquía, cáncer de próstata o insuficiencia renal. Se trata de aparatos miniaturizados, de uso casi doméstico, similares a los que permiten medir la glucosa en la sangre. Estas herramientas combinan nanotecnología, biotecnología y química.

Aún así, Agustín Costa tuvo tiempo para ser candidato a rector de la Universidad de Oviedo en 2016. En el proceso electoral terminó imponiéndose el también catedrático de Química Santiago García Granda.

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