La consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Melania Álvarez, aseguró ayer que se trabaja "sin descanso" para mejorar las condiciones laborales de los 1.600 trabajadores que integran la plantilla de los Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias (ERA) y la atención que se presta desde el organismo. El ERA cuenta con 26 centros y unos 1.600 trabajadores.

Los trabajadores, sin embargo, aseguran que ya están "hartos" de esperar soluciones y que la falta de plantilla en los geriátricos y centros de día, así como la carencia de material, o su deteriorado estado, ya está empezando a repercutir en la atención de los residentes, lo que subsanan sólo con su esfuerzo. Por eso está dispuestos a continuar con las movilizaciones que iniciaron ayer.

Una numerosa concentración de profesionales de las residencias geriátricas y de centros de día "animó" la mañana con sus silbatos en el exterior del edificio que alberga la gerencia del ERA. La convocatoria la realizaron los sindicatos CC OO, CSIF, SAE, y CSI, quienes denunciaron que la situación ya es "insostenible" después de "mucho tiempo de reivindicaciones y de espera sin que se hayan dado soluciones".

Estas organizaciones sindicales han solicitado una entrevista con la directora del ERA, Ana María Suárez Guerra, pero ayer la Consejera de Derechos Socialista delimitó el diálogo al comité de empresa, señalando que "está abierto, siempre ha estado abierto". También incidió en que se han conseguido avances en algunas de las reivindicaciones, mientras que en otras "nos hubiese gustado que el ritmo fuese otro".

Los manifestantes, por su parte, calificaron de "nefasto" el modelo de implantación de la nueva jornada laboral de 35 horas "porque no se tuvo en cuenta el personal que necesitaban los centros. Esto supone que la carencia de plantilla se cubre con el esfuerzo de los propios trabajadores", aseguró Generosa Tamargo, delegada de CC OO. "Llevamos tanto tiempo esperando una solución que ya no aguantamos más. Hay que comprender que trabajamos con personas, que son mayores, tienen dificultades y necesitan una atención especial. Y llega un momento en que el personal no da más de sí".

Las carencias afectan incluso al vestuario de los trabajadores, que llevan desde 2017 sin recibir uniformes. "Muchos se los acaban comprando ellos de su salario", aseguró Tamargo.

Los sindicatos también denuncian que el ERA encargó a una empresa privada un estudio en el que se analizaba la carga de trabajo en las residencias geriátricas. "El coste fue de 60.000 euros y ese estudio está olvidado y metido en un cajón", aseveraron.

Las organizaciones sindicales decidirán en próximas fechas la continuidad de las movilizaciones, que están dispuestos a endurecerlas si no se les dan soluciones.