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Un llanisco lleva esperando 21 meses por una licencia para arreglar su casa

"Es una vergüenza, en Londres me la dieron en treinta días", afirma

La casa llanisca de Juan Antonio Buergo-Rodríguez, con azulejos amarillos, en el barrio de Cotiellu. EVA SAN ROMÁN

El llanisco Juan Antonio Buergo-Rodríguez, residente en Londres, vive una autentica pesadilla. Espera desde hace 21 meses por una licencia para rehabilitar su casa de Llanes y montar un negocio en ella. Una licencia que en la capital británica está lista en un mes. Asegura que la situación que padece Asturias en materia de permisos urbanísticos es "una vergüenza. Así no hay sociedad que pueda progresar", lamenta.

La lucha "contra la burocracia" de este emigrante comenzó el 3 de abril de 2018, cuando, con el proyecto básico debidamente realizado, solicitó licencia al Ayuntamiento de Llanes para rehabilitar la casa que había sido de sus abuelos maternos, situada en la calle Las Fuentes, en el barrio de Cotiellu, en el centro de la villa, con la idea de convertirla en un albergue-escuela destinado a traer viajes de estudios de grupos pequeños y parte de un proyecto más ambicioso que incluiría "la ida y venida de estudiantes británicos y franceses a España y de estudiantes españoles al Reino Unido". Se trata de un proyecto, en definitiva, que supondría actividad, ingresos y empleo para Llanes y para Asturias.

"Aún sigo esperando por la licencia", que permaneció primero atascada en el Ayuntamiento un año, y desde el pasado mes de mayo, en Patrimonio Cultural del Principado. Subraya que desconoce por qué debe ir su proyecto a ese departamento, pues "ni la casa en sí ni la zona en la que se encuentra son zonas catalogadas ni de especial protección". Supone que será "para curarse en salud", porque Llanes no cuenta con plan de urbanismo, pues los tribunales anularon todos los que aprobó el Ayuntamiento, y se rige por las leyes básicas autonómicas y estatales.

Y empezaron las vueltas: a través de una carta desde el Ayuntamiento le requirieron para que presentara "una serie de cosas que, según mis arquitectos, solo se piden, o mejor dicho se pedían, al aportar el proyecto de ejecución". Por ejemplo, informe técnico de la empresa de aguas o declaración técnica de cumplimiento de la normativa de seguridad y protección contra incendios. Esas son las dos únicas comunicaciones que ha recibido del Ayuntamiento en 21 meses.

Después de mucho intentarlo, y tras no recibir respuesta a correos electrónicos y largas a llamadas telefónicas, Buergo-Rodríguez consiguió dar en Patrimonio "con la persona que supuestamente lleva el tema" el pasado 8 de enero. La respuesta del empleado público fue que, efectivamente, allí estaba el proyecto y que se pondría con él "en cuanto pudiera y me lo haría saber". Veinte días después aún no ha recibido ninguna comunicación. "Pero lo que más me sorprendió de la conversación es que se mostró extrañado de que yo lo llamara porque el proyecto "no llevaba allí tanto tiempo, solo desde mayo", relata asombrado.

Pérdida económica

Como resultado de todo este retraso, el llanisco se ha visto desbaratados sus planes. Ya tenía preconcedida por un banco una hipoteca para la adquisición a su madre de la parte de la casa que no era de sur propiedad y su rehabilitación. Pero ahora ha tenido que pedir hipoteca solo para la compra, y cuando por fin consiga la licencia tendrá que pedir otra para la obra, lo que le va a generar "gastos bancarios dobles" y le obligará a tener que pagar el proyecto de ejecución de sus ahorros. Es decir, "una pérdida económica importante, que es mucho mayor si se añade que llevo casi un año pagando todos los meses la hipoteca y los gastos de una casa que no está en condiciones de ser explotada y en la que, a la espera de poder rehabilitarla y convertirla en lo que quiero, no puedo hacer absolutamente nada", se quejó el emigrante llanisco.

A Buergo-Rodríguez le da aún más rabia esta situación al compararla con lo que ocurre en Gran Bretaña. Un ejemplo: el 14 de febrero de 2019 compró junto a su pareja una casa en Londres. En junio contactaron con una constructora para ampliar la casa y convertir el desván en dos habitaciones y un baño. Y un mes después, el 20 de julio, ya estaba hecho y visado el proyecto del arquitecto y ya tenía en su poder la licencia. Resolvió en un mes lo que en Asturias le ha llevado, de momento, 21 meses, "y a saber los que me quedan", clama.

Las razones del atasco urbanístico

¿A qué se debe el atasco urbanístico que padece Asturias?

Entre otras razones, a la obligación legal de que diferentes departamentos públicos emitan informes a buena parte de las solicitudes de licencias. Así, deben dar "luz verde" a los permisos, en función de las afecciones, departamentos autonómicos como Patrimonio Cultural, Montes, Carreteras, Medio Ambiente, la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA)... Y otros estatales, como la Confederación Hidrográfica, diferentes secciones del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (antes de Medio Ambiente), Carreteras del Estado, Transporte (antes Fomento), Ministerio de Cultura...

¿Por qué se retrasan aún en mayor medida las licencias que afectan al Camino de Santiago?

La ruta jacobea es un bien de interés cultural (BIC), el máximo grado de protección existente en Asturias. Eso implica que cualquier obra que se ejecute en su entorno (a menos de 30 metros en suelo no urbanizable y en las parcelas colindantes en suelo urbano) debe recibir el informe positivo de Patrimonio Cultural. Esta situación se debe a que el Principado no ha aprobado aún, pese a sus reiterados compromisos, el plan especial del Camino de Santiago, que podría otorgar más competencias a los ayuntamientos a la hora de licenciar obras de menor envergadura. El Principado únicamente ha diseñado el denominado "Libro blanco del Camino de Santiago", una simple declaración de intenciones.

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