La física asturiana Bárbara Álvarez ha comprobado que el detector que encontró el bosón de Higgs aún conserva la vista para continuar explorando los límites de la materia. El CERN, el gran centro europeo de partículas, en Ginebra, ha reconocido a la científica con uno de sus galardones anuales. Bárbara Álvarez, del grupo de Física Experimental de Altas Energías de la Universidad de Oviedo, ha tenido una "excepcional contribución", según el premio, para analizar los efectos de la edad en unos detectores claves para identificar muones y que constituyen una de las piezas esenciales del gigante experimento CMS del gran acelerador de partículas.

El premio, concedido por los 3.000 científicos que trabajan en el CMS, distingue a personal científico o de ingeniería que realice contribuciones significativas. El reconocimiento ha supuesto además una gran satisfacción para el Instituto de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias (ICTEA), del que forma parte el grupo experimental de Altas Energías asturiano.

Formado por 12 investigadores (seis de ellos veteranos y otros seis estudiantes de doctorado) y con ya veinte años de vida, el pequeño colectivo de físicos asturianos que trabajan en el gran acelerador ya está más que reconocido. "Trabajamos en un montón de proyectos, con varias ramas en el CMS; es un grupo que ha crecido de forma impresionante, y que se conoce en el CERN porque se compromete y es responsable con los proyectos", explica por videoconferencia Bárbara Álvarez desde Ginebra. Este grupo también ha permitido que se vaya poniendo freno a la fuga de talentos, estableciendo vías para que jóvenes investigadores puedan continuar su labor vinculados a la Universidad de Oviedo.

Los trabajos de Bárbara Álvarez para evaluar la "buena vista" del detector CMS se enmarcan en proceso para incrementar las colisiones en el acelerador. Después del descubrimiento del bosón de Higgs en 2012, los físicos creían que estaban a un paso de hallar nuevas partículas así como propiedades sorprendentes de la materia. Por ejemplo, responder a la incógnita de qué es la materia oscura, de la que nada se sabe y que representa el 85% de la masa del universo, aunque aún permanece invisible para nosotros.

Sin embargo, aquel hambre de descubrimientos no se ha saciado. La llamada "nueva física" es más esquiva de lo que se creía y aunque hay algunos indicios aún son estadísticamente insuficientes. De ahí que el objetivo inmediato en el gran acelerador es incrementar su luminosidad (es decir, que se produzcan más choques de protones por segundo) para así tener un mayor acopio de datos.

Pero muchos de los detectores empiezan a envejecer, así que los investigadores analizan si aún conservan las propiedades físicas necesarias para seguir siendo útiles. "Hacemos estudios de estrés sobre las cámaras (detectoras de muones, un tipo de partículas), irradiándolas con protones muy energéticos y así simular las condiciones que se esperan", explica la física asturiana.

- ¿Y seguirán funcionando?

"Sí, perfectamente, hay que hacer algunos ajustes y modificar algoritmos y podremos mantener la eficiencia al cien por ciento", asegura Bárbara Álvarez. Ella y el equipo asturiano han hecho un esfuerzo, además, para divulgar sus hallazgos en la comunidad científica, lo que también ha contribuido al reconocimiento.

Aunque el año que viene el acelerador de partículas volverá a funcionar, los científicos esperan la llegada del año 2026, cuando lo hará con una capacidad aún mayor. "Seguimos expectantes sobre lo que podamos descubrir, aunque con más escepticismo. Pero la verdad es que las posibles descripciones teóricas que manejamos aún son consistentes con lo que hemos visto", dice.

En cierto modo, la búsqueda de las nuevas partículas es como tratar de encontrar una pepita de oro enterrada en un prado enorme: con la repetición de experimentos, lo que los físicos han constatado es dónde no está; pero todo les dice que se encuentra en alguna parte.

Otro premio asturiano

El galardón a Bárbara Álvarez es solo la primera satisfacción para los investigadores del grupo de altas energías del ICTEA. En marzo se entregará un segundo premio al joven doctorado Sergio Sánchez Cruz. En esta edición de los premios, la Universidad de Oviedo es la institución académica más galardonada, además del personal propio del CERN.

Álvarez reconoce las posibilidades que supone para la investigación científica en Asturias la creación del Instituto de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias: ha aglutinado a varios grupos investigadores "para crear uno más fuerte y encontrar proyectos en común relacionados con la astrofísica, la ingeniería o la computación... incluso con la búsqueda de exoplanetas. Tratamos de tener más fortaleza para lograr más financiación y rentener a nuestros estudiantes para que puedan continuar con sus trabajos", explica la científica premiada.