Una herramienta decisiva para identificar señales tumorales años antes de que se manifieste el cáncer, y también para adaptar el tratamiento a las características genéticas de cada paciente. El mapa del cáncer más detallado de la historia ya está disponible para los investigadores y médicos de todo el mundo. Y en esta investigación ciclópea ha participado la Universidad de Oviedo a través del grupo liderado por Carlos López Otín, que se ha hecho cargo del estudio de la leucemia linfática crónica, la más frecuente en los países occidentales, con más de mil nuevos pacientes diagnosticados cada año en España.

Ayer fue por fin desvelada la gran obra de un consorcio internacional de más de 1.300 investigadores de 37 países. ¿Que aporta? Por una parte, desvela causas de cánceres que anteriormente no habían podido explicarse. Asimismo, determina los principales factores que los originan y describe los mecanismos implicados en su desarrollo. Por añadidura, confirma la hipótesis de que existen mutaciones en tejidos sanos que aparecen hasta diez años antes de que se desarrolle un tumor y que predisponen al individuo a sufrirlo. Este conocimiento precoz abriría la posibilidad de anticipar la aplicación de intervenciones preventivas.

El trabajo publicado en la revista "Nature" se denomina proyecto "Pan-Cancer". Es el fruto de más de diez años de trabajo, e incluye una sustancial contribución del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA) de la Universidad de Oviedo, con Otín y Xosé Suárez Puente, ambos catedráticos de Biología Molecular, como principales protagonistas. Ellos han sido pilares esenciales del consorcio español junto a Elías Campo, del Hospital Clínico de Barcelona. Su trabajo es uno de los 22 compilados en la publicación científica británica. Este equipo completó en 2015 la secuenciación de los tumores de 500 pacientes de leucemia linfática, con la identificación de los principales genes mutados en esta enfermedad, y mutaciones localizadas en las regiones oscuras del genoma.

En el estudio publicado ayer se han analizado más de 2.600 genomas pertenecientes a 38 tipos de tumores distintos. Este trabajo "ha permitido crear un recurso de vital importancia para el conocimiento del cáncer", destaca un comunicado difundido por la Universidad Oviedo. "Los genomas analizados servirán también de referencia para acelerar la investigación en este conjunto de patologías, ofreciendo a investigadores básicos y clínicos información de gran utilidad para el desarrollo de marcadores y nuevos fármacos", precisa la citada nota.

Carlos López Otín y Xosé Suárez Puente declinaron ayer realizar declaraciones sobre este avance. "Este estudio nos ha permitido definir 60 genes distintos cuyas mutaciones provocan el desarrollo del tumor", destacó Otín cuando en 2015 salieron a la luz los primeros datos de su investigación. Los científicos asturianos han demostrado que "uno de cada cinco tumores surge por mutaciones en las regiones oscuras del genoma, y su conocimiento es fundamental, ya que influyen en el pronóstico de la enfermedad", indicó entonces Suárez Puente.

Los datos divulgados ahora permitirán a los investigadores desarrollar técnicas tanto para mejorar los tratamientos como para identificar nuevas oportunidades de detección temprana del cáncer, destacan los expertos. Las observaciones realizadas sugieren que los genomas cancerígenos analizados contienen una media de cuatro o cinco mutaciones relevantes. En el 91 por ciento de las muestras tumorales estudiadas, los científicos identificaron al menos un gen como responsable del cáncer, mientras que en el 5 por ciento de los tumores no han logrado encontrar pistas de las mutaciones que han provocado la enfermedad. "Eso indica que es necesario más trabajo", subraya "Nature".

"Durante las últimas dos décadas, la comunidad científica se ha dado cuenta de que el cáncer es fundamentalmente una enfermedad del genoma, promovida por la acumulación gradual de mutaciones en las células", explicó Lincoln Stein, del Instituto para la Investigación del Cáncer de Ontario (Canadá). Stein advierte de que la mayoría de los estudios genéticos sobre cáncer elaborados hasta ahora se han limitado al análisis del exoma, el fragmento del ADN que se encarga de la codificación de proteínas y que representa en torno al 1 por ciento del genoma. "Construir un retrato detallado del genoma del cáncer utilizando solo los datos del exoma es como intentar resolver un puzzle de cien mil piezas cuando te faltan el 99 por ciento de la piezas y no tienes la caja del puzzle con la imagen completa para guiarte", advierte Stein.

El consorcio que ha elaborado la investigación destaca que los próximos pasos a seguir serán comparar los datos genéticos con historiales clínicos para valorar la relevancia de cada mutación a la hora de predecir evoluciones y respuestas a tratamientos.

El Instituto de Oncología expresa su “orgullo” por la aportación de los científicos asturianos

Antonio Fueyo Silva, director del Instituto Universitario de Oncología del Principado (IUOPA), destacó ayer que la ejecución y publicación del proyecto “Pan-Cancer” representa “un hito histórico en el estudio del cáncer para el IUOPA y Universidad de Oviedo”. El doctor Fueyo subrayó la envergadura científica de la contribución de “dos excelentes investigadores de nuestro instituto”, Carlos López Otín y Xosé Antón Suárez Puente. “Toda la sociedad asturiana y española tiene que sentirse orgullosa de poder tener entre nosotros científicos tan singulares”, enfatizó el director del Instituto Universitario de Oncología del Principado.

Entre tanto, Emilio Esteban, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), señaló que el trabajo publicado “va en la línea de la investigación básica actual, conociendo los tumores a través de los genes que lo componen”. Los datos obtenidos permitirán a los médicos combatir cada cáncer “mediante el desarrollo de medicamentos específicos contra las alteraciones genéticas que lo provocan”. No obstante, precisó Emilio Esteban, el cáncer es “una realidad compleja en la que también influyen aspectos externos”. A juicio del jefe de Oncología del HUCA, nos hallamos ante “un paso más en el complejo mundo de la investigación para conseguir de forma progresiva vencer al cáncer”.