Casi la mitad de las chicas asturianas (el 46,2%) elige cursar el Bachillerato de Ciencias, sin embargo, esta cifra se desploma en Formación Profesional (FP), la etapa educativa en la que la brecha de género es "más evidente". Apenas el 12% de las alumnas eligen un ciclo vinculado a la ciencia y la tecnología. Así lo revela el informe "Asturias 4STEAM", elaborado por la empresa Valnalón para la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad y presentado ayer en Oviedo con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. El trabajo, que analiza la evolución de los estudios científicos y tecnológicos durante los diez últimos años desde el colegio a la universidad, advierte de que en los grados de Ingeniería solo el 26% de los estudiantes son mujeres. Dicho al revés, tres de cada cuatro matriculados en estas carreras son hombres.
Tanto el Consejero de Ciencia, Borja Sánchez, como la titular de Educación, Carmen Suárez, reconocieron que la "brecha existe" y que "no puede ser motivo de complacencia" que en algunos indicadores Asturias esté por encima de la media. Los representantes públicos reivindicaron el papel de las Humanidades, precisamente cuando la Conferencia Nacional de Rectores abre la puerta a limitar las titulaciones y plazas de esta rama. "Está bien la ciencia pura, pero esto sin cabeza, sin Humanidades, es imposible", aseguró Suárez. "Para mí no hay nada más científico que las Humanidades. Mi desempeño profesional -es biólogo- ha estado influenciado por la Historia y la Música. No hay materias desconectadas", señaló por su parte Sánchez, que destacó la importancia de "tener ejemplos" para las niñas, como la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez.
Por encima de la media nacional en matemáticas y en ciencias. El estudio, elaborado por Iván Diego Rodríguez, señala, sobre la base de las pruebas internacionales TIMSS y PISA, que el alumnado asturiano -tanto chicos como chicas- sacan mejores notas en ciencias y matemáticas que la media española y la de los países de la OCDE. "Esto quiere decir que Asturias no lo está haciendo mal. Estamos al mismo nivel que Holanda o Alemania", expresó Rodríguez, para añadir a continuación que, no obstante, "hay margen de mejora". En cuanto a vocación científica, el informe PISA también registra mejores resultados en Asturias que en el conjunto del país. Sin embargo, a medida que los alumnos avanzan en el sistema formativo, los números empeoran.
Diferencias de género en Bachillerato y FP. La mitad del alumnado matriculado en Bachillerato elige la modalidad de Ciencias. Y esto no ha variado en los últimos diez cursos: el 50% se decanta por Ciencias, el 45% por Humanidades y Ciencias Sociales y el 5% por Artes. Los porcentajes varían al desagregar esta información por sexo tomando como referencia el curso 2016-2017: hay una diferencia en el Bachillerato de Ciencias de prácticamente diez puntos entre chicos (el 55,4% lo cursan) y chicas (el 46,2%). Aun así, destaca Iván Diego Rodríguez, estos datos de la comunidad son "ligeramente superiores" a los de la media nacional. El gran desplome se produce en la FP, donde "los estudios y política STEAM ha prestado inexplicablemente escasa atención". Mientras que más de la mitad de los chicos optan por matricularse en un ciclo formativo de la rama científico- tecnológica, apenas un 12% de mujeres decide seguir este camino.
Pocas mujeres en las carreras de Ingeniería. Si en términos globales el número de mujeres matriculadas en la Universidad de Oviedo "supera en casi diez puntos al de hombres, las diferencias se atenúan en la rama de Ciencias". En el caso de las Ingenierías, advierte el estudio, "se hace evidente la persistencia de la brecha de género, donde prácticamente tres de cada cuatro estudiantes son hombres". "A principios de los años 2000, había un 40% de chicas en Informática. ¿Qué ha pasado? Las empresas demandan mujeres en este campo pero no las tenemos", se quejó en el turno de preguntas, el director de la Escuela de Ingeniería Informática de Oviedo, Benjamín López. El informe "Asturias 4STEAM" también apunta que entre los cursos 2008-2009 y 2016-2017 (ocho años), la Universidad ha perdido en términos globales más del 21% de su alumnado. Esta tendencia a la baja "se duplica prácticamente en el caso de las Ingenierías (-40,5%) mientras que el descenso en las titulaciones de Ciencias (-13,1%) se sitúa 8 puntos por debajo de la media.
Hay más abandono en la Universidad de Oviedo que en el resto de España. Otro dato alarmante es la tasa de abandono existente en la universidad asturiana, según el estudio U-Ranking 2019 y que a su vez recoge el informe presentado ayer. Es del 32,6% y ligeramente superior a la media de las universidades españolas presenciales (26,5%). El abandono se produce principalmente durante el primer año de estudios. Las Ingenierías vuelven a ser las más castigadas: en estas carreras hay una tasa de abandono del 41,8%, que supera en diez puntos a la existente en los grados de Ciencias (31,9%). ¿Por qué pasa esto? Según los expertos, el abandono es "un problema multifactorial en el que intervienen, en orden de importancia, el rendimiento temprano del alumno, el tiempo de trabajo no académico, la vinculación mantenida con docentes, las expectativas generadas sobre los contenidos, el uso de técnicas de estudio y la orientación recibida". Sobre todo ello, debe actuar Asturias.
Los estudios STEAM tienen una tasa de inserción laboral superior al 50%. Pese a todo, la inserción laboral de titulados STEAM (53,5%) es ligeramente superior a la media (51,2%). Y el porcentaje en los grados de Ingeniería (52,2%) duplica a la de los titulados en Ciencias (25,2%). Dentro de las Ingenierías se aprecian diferencias importantes: 81,3% en TIC y 47,9% en el resto. De hecho, en Asturias 10 de las 19 ocupaciones (53%) con mejor situación en el mercado laboral son ocupaciones STEAM. "En el listado de puestos de trabajo que han recibido más ofertas de empleo en 2018, encontramos tres ocupaciones de este ámbito en los diez primeros puestos: técnico de mantenimiento industrial, arquitecto de infraestructura tecnológica y programador", recoge el estudio.
